TW
0
C.AGUSTÍN Magdalena Estelrich es una profesora de Primaria nacida en Manacor y la única persona de Balears que pertenece a la Asociación de Víctimas de Talidomida de España, Avite.

La asociación calcula que en nuestro país hay 2.000 personas con malformaciones congénitas causadas por la ingesta de talidomida.
«Este compuesto era recetado de forma habitual entre los años 1957 y 1963 a mujeres embarazadas para paliar las sensaciones de vómitos y malestar», comenta Magdalena.

Bajo el epígrafe «Y ya van 50 años», la asociación de afectados celebró ayer en Palma el III Congreso Anual de Avite en el que una vez más se denunció el ostracismo al que han sido relegados por parte de los responsables de la Sanidad española.

El presidente de la asociación, José Riquelme, y José Marqués Hernández, vicepresidente y único español residente en nuestro país que ha sido reconocido como afectado por talidomida, gracias a la asociación alemana Hilfswek für Behinderte Kinder, dieron a conocer una campaña que pretende «hacer aflorar todos los casos y a todos los afectados».

«En Alemania, donde sólo se distribuyeron cuatro medicamentos con talidomida están reconocidos 2.600 afectados y en el Reino Unido, 500.
Por el contrario, en España, donde se vendieron siete medicamentos (Imidan, Varial, Gluto Naftil, Softenon, Noctosediv, Entero-Sediv y Entero Sediv Suspensión) no se reconoce ningún afectado.

Llegados a este punto, la campaña contará con la presencia de de carteles informativos en hospitales y centros de salud. Asimismo, la asociación enviará cartas «muy duras» a los diputados españoles para que tomen conciencia de que «seguimos en el más absoluto de los olvidos y los desprecios».

A nivel internacional, la Alianza Internacional de Asociaciones de Víctimas de Talidomida ICTA, a la que pertenece Avite, promoverá diversos actos de boicot contra los laboratorios responsables de la difusión del compuesto. En este sentido, Maria Bergner, responsable de ICTA, presente ayer en Palma, anunció que se presionará para reabrir los plazos y dar cabida a los «casos ocultos», para establecer una comisión médica internacional y un protocolo de detección.