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El Club Náutico de Santa Ponça se ubica en la antaño pintoresca caleta donde fondeaban los llaüts de pescadores. Eran los tiempos del entrañable «capità Blai», que acompañaba en su barca, a remo, a los usuarios de las embarcaciones foneadas, desde el varadero.

Un enclave además con carácter legendario, ya que el día 11 de septiembre de 1229 acogió el histórico desembarco del Rei En Jaume I en su conquista de Mallorca. De cuya gesta da testimonio la cruz que se levanta sobre el promontorio, que preside la bocana del ahora gran puerto deportivo.

El Club Náutico de Santa Ponça que ocupa un espejo de agua de 16.723 metros cuadrados, «está considerado un puerto de recreo, de ambiente relajado y familiar, con una integración respetuosa en el medio ambiente que le rodea», indica su gerente Ricardo Ferrer de Espona, quien nos acompañó en un completo paseo a lo largo de toda la dársena. Una ensenada ahora urbanizada y rodeada de chalets entre pinos.

La construcción del puerto se consumó en 1975 y supuso una de las transformaciones del paisaje costero más radicales y paradigmáticas del desarrollo del sector náutico en Mallorca. A la entrada, los navegantes encuentran ahora un brazo de mar abrigado y circundado por zonas ajardinadas que acogen a un total de 522 embarcaciones, de 7 a 20 metros de eslora. «Es el diseño de un puerto en el que la naturaleza se combina con la mínima estructura necesaria, para poder dar un esmerado servicio a sus usuarios y que recientemente ha sido certificado por Lloyd's Register con el distintivo «Oro», indica Ferrer, mientras nos muestra los diferentes sistemas de tratamiento de residuos. Su vocación ecológica manifiesta en su reglamento, que indica su carácter de «espacio protegido, tanto en tierra como en sus aguas, que ofrezcan alimento y protección a los peces jóvenes».

Un aspecto en el que sin duda destaca este puerto es el relativo al centro de buceo con instructor, que ofrece cursos para todos los niveles, excursiones submarinas y donde se puede alquilar el material necesario además de diponer de una tienda especializada. La proximidad de fondos de particular belleza como los que rodean la reserva marina de las islas Malgrats constituyen un atractivo añadido para los aficionados de este deporte.

Al igual que otros clubes náuticos de Mallorca combina su faceta deportiva y recreativa, con embarcaciones de distintas tipologías como clásicos llauts de madera, modernas lanchas de fibra y veleros que participan en distintas regatas. Una de las competiciones más populares es la que durante el mes de junio cubre el trayecto entre el Real Club Náutico de Palma y el Club Náutico de Santa Ponça, en la que participaron más de 50 barcos el pasado año.