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La actriz Cristina Kaufmann se encuentra en Mallorca para participar en el coloquio del programa 'Illes de Cinema', de IB 3, con motivo de la proyección el próximo viernes de la película 'Un trono para Christie', rodada en diversos escenarios de la isla en 1959.

«No busco la fama, no es mi vida, es una experiencia abstracta, muy peligrosa, que no te hace más amable ni con mejor salud y en este tiempo de ahora es comparable a un virus», asegura con la exquisita y sencilla elegancia que la caracteriza, tanto en la vida real como en el celuloide. No en vano, su papel de princesa en la película cuando apenas contaba quince años le sentaba como anillo al dedo.

Una época y una Mallorca que ahora recuerda con cierta nostalgia al afirmar: «Entonces era un isla misteriosa y el lujo y encanto de algunos lugares era mucho más que el de ahora, como la piscina sobre el mar del Hotel Mediterráneo o las playas con poca gente». Y es que su aparición en bañador bajando la escalera de la piscina fue una escena memorable entre la filmografía rodada en la isla.

Actriz desde los siete años, en su biografía acumula ya 97 películas, la mayoría en lengua germana dado su origen alemán. Su etapa en Hollywood le catapultó a las pantallas internacionales con títulos como 'Los últimos días de Pompeya', 'Taras Bulba', (donde conoció a su primer marido, Tony Curtis) 'Bagdad Café' o 'Jasón y los argonautas', entre otros. Aunque no se considera para nada una actriz seria, pese a sus papeles en el teatro.

Su vinculación con Mallorca desde hace años la ha consolidado con residencias en Sóller, Galilea y el propio Casc Antic, aunque considera que los precios actuales son exagerados incluso para Alemania.

El amor por la belleza ha llevado a Cristina a especializarse durante años en el mundo de la cosmética.
Por lo que concierne al cine español, Cristina destaca sus buenos recuerdos de actores como Fernando Rey, que define como «el más simpático».
Cristina recuerda también los difíciles años de sus inicios en la pantalla cuando apenas contaba siete años: «Después de la guerra mundial no había dinero y mi trabajo ayudó mucho en este sentido», asegura mientras recuerda que nunca ha dejado de trabajar en el mundo del cine.