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La juez instructora de la presunta trama de corrupción en Bitel, Carmen Abrines, iniciará hoy la toma de declaración a los colaboradores del ex gerente de esa empresa pública Damià Vidal, Ramón de la Iglesia y los hermanos Guardia Hernández, Alexandre e Iván.

La comparerencia se registrará después de que la magistrada hubiese ordenado bloquear todas las cuentas bancarias de los imputados, y de sus empresas Helix Infocom y Auditoría Informática Balear en cumplimiento de una petición de la Fiscalía Anticorrupción. La causa investiga la comisión de los supuestos delitos de malversación de caudales públicos, defraudación, falsedad en documento mercantil y revelación de secretos. El principal imputado, Damià Vidal, se encuentra en libertad bajo fianza de 200.000 euros tras prestar declaración ante el juez de guardia el pasado lunes 21 de abril.

Según el escrito de la Fiscalía, Vidal «guiado por el ánimo de obtener beneficio económico, ideó, planificó y desarrolló una serie de actuaciones con la finalidad de apoderarse de ingentes cantidades de dinero procedentes de los fondos públicos de los que tenía poder de disposición por razón de su cargo, aprovechándose de la falta total y absoluta de controles administrativos y financieros sobre su gestión». El ex gerente de Bitel pudo apoderarse de unos 700.000 euros, según el Ministerio Público.

La juez solicitará hoy a Iglesia y a los hermanos Guardia que se ratifiquen en las declaraciones que ya realizaron ante el Grupo de Delincuencia Económica de la Policía Nacional. Los imputados, al igual que Sebastián y Juan Antonio Romaguera, también incriminados por Anticorrupción, afirmaron que Damià Vidal les cobraba porcentajes por cada uno de los informes que encargaba.

Iglesia, ex dirigente de Nuevas Generaciones del PP, declaró, incluso, que Vidal le coaccionaba con el despido.