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Se inauguró un martes y 13 de 1958 y ayer, también martes y 13, cumplía 50 años. El celler sa Premsa de Palma celebró su aniversario de oro con una tarta de ocho pisos y cava. «Cada año lo hemos celebrado con una tarta, que hemos ido colocando en la entrada», afirma Antonio Mayol, fundador de la empresa que en la actualidad dirigen sus hijos Tolo y Lorenzo.

El local estaba lleno. En una de sus mesas centrales, unos especiales comensales: Antonio Mayol y su mujer, junto a familiares y amigos. «Se reúnen cada jueves, pero hoy (por ayer) es un día especial», afirma Tolo Mayol. «Mi padre fue un pionero de la restauración. El local está igual que cuando se abrió en 1958, con las mismas mesas. Mi padre fue valiente por abrir en aquellos años un local tan grande y salir adelante», añade.

El celler mantiene su éxito gracias «a una buena relación calidad-precio, al servicio y a la rapidez, que también es importante. La gente viene a comer y se va, aunque si quieren hacer tertulia también la pueden hacer», afirma.

Mucho han cambiado las cosas desde que hace medio siglo Antonio Mayol abriera este restaurante. «En cuestiones de cocina las cosas han cambiado mucho. Empezamos con una cocina de carbón, leña y, después, de gas.

Poco a poco fueron llegando las neveras...», afirma Antonio Mayol.
«Hace años, por ejempo, no existían los horarios, se trabajaba de forma diferente. Por ejemplo, en los años 70, con el «boom» del turismo, había un programa que se llamaba «Palma de noche» y pasadas las doce de la noche llegaban grupos de turistas al celler a beber sangría. Eso ya no existe desde hace años. También la carta ha ido variando con los años, aunque hay algunos platos que se mantienen desde entonces, como el frit mallorquí o la lechona, que estaban a cuatro o cinco pesetas. Los gustos también han cambiado. Tenemos en la carta platos vegetarianos porque la gente los pide, pero el plato estrella sigue siendo el arroz», afirma Tolo.