El ex secretario del consejo de administración de Bitel Sebastián Romaguera declaró ayer ante la jueza que investiga la supuesta trama de corrupción en esa empresa pública, que el ex gerente Damià Vidal, imputado y en libertad bajo fianza de 200.000 euros, «le engañó» y que no pensó que hacía «algo ilegal» en la empresa Helix Infocom.
Romaguera y su hijo Juan Antonio, administrador único de Helix Infocom, sociedad investigada en la trama, prestaron declaración en calidad de imputados ante la magistrada Carmen Abrines y el fiscal anticorrupción Pedro Horrach.
Asistido por el abogado Manuel Montis, el ex secretario de Bitel explicó que había cedido una parte de su despacho para que desde allí operara Helix Infocom, de la cual él y Vidal se repartían el cien por cien de la propiedad. Añadió que su entonces socio le explicó que iban a empezar a trabajar con clientes de Miquel Fluxá (empresario turístico) y de su empresa Iberostar, además de Bitel y el Fondo de Garantía Agraria y Pesquera de les Illes Balears.
Dijo que «todo lo controlaba Vidal» y que desconocía que los ingenieros informáticos que trabajaban para Helix Infocom lo hacían al mismo tiempo para Bitel. «Nunca lo hubiese permitido ni habría aceptado incurrir en ilegalidades estando mi hijo de por medio», indicó. Precisamente, Sebastián Romaguera se mostró muy dolido por el hecho de que su hijo se haya visto involucrado en todo este asunto, y reiteró que Vidal «le engañó». Explicó que desconocía que las facturas expedidas por Helix Infocom no estaban respaldadas por trabajo alguno. También dijo que desconocía que por la ley de incompatibilidades no podía inscribir una empresa a su nombre, y que su cometido en la sociedad era el de asegurarse que se realizaran los pagos de impuestos de sociedades o el IVA, y que pensaba que ese dinero transferido o pagado por Bitel estaba justificado y controlado.
El ex secretario de Bitel declaró, asimismo, que fue a finales de septiembre de 2007, tras una llamada telefónica de Miguel Simonet (ex jefe de finanzas de la empresa pública) cuando supo que Vidal tenía «un problema» con la tarjeta Visa, con un coche de la empresa, y que faltaban «unos trabajos» realizados por Helix Infocom. Insistió en que la primera vez que supo del alcance de los informes que realizaba Helix Infocom fue cuando fue a declarar ante la Policía Nacional.
Juan Antonio Romaguera, por su parte, explicó que Damià Vidal era el que tomaba las decisiones en Helix Infocom, que tenía firma autorizada y que en alguna ocasión (Vidal) le dio algún cheque para que lo firmara, pero «nunca» sacó dinero del banco.
La Fiscalía Anticorrupción imputa a los Romaguera, a los hermanos Iván y Alexandre Guardia, a Ramón de la Iglesia y a Damià Vidal la supuesta comisión de cuatro delitos: malversación de caudales públicos, defraudación, falsedad en documento mercantil y revelación de secretos.
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