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El IME está encantado con la herencia recibida. Lo digo porque de una situación caótica está pasando a otra menos caótica. Si hasta hace poco no funcionaba nada, ahora, mal que bien, algunas están ya operativas. Veamos cómo van: el pabellón deportivo La Real funciona, pero no al cien por cien todavía.

En cuanto a la piscina del pabellón Toni Servera, está operativa dentro de lo que cabe. Si es el pabellón Hispania-Vivero, ya está funcionando. Pero falta equipamiento, entre otros elementos, asientos. Respecto al polideportivo de San Agustín, nos encontramos con que no funciona la luz; es más, han robado el cuadro de luces pues por lo visto, a falta de un cerramiento adecuado, entrar en el interior del recinto no es difícil. Aparte, allí sólo se entrena durante el día en el campo de fútbol, que por falta de luz, no se puede regar.

En la piscina de Sant Jordi, recepcionada hace una semana, nos encontramos con que se ha descubierto que no hay conducto que comunique las aguas sucias con el alcantarillado que, para colmo, está a unos cincuenta metros. O sea, no vean la zanja que van a tener que hacer.

Respecto a la Platja de Palma, dentro del recién inaugurado edificio de la Policía Local, hay dos pistas de pádel, una con un cristal roto. ¡Desde hace un año! Lo mismo sucede en el polideportivo de La Real, se llevaron los focos y de una pedrada se han cargado un cristal. Y ahí sigue.

O sea que, encima, pedradas que rompen cristales y cacos que se llevan los cuadros eléctricos. Eso se llama falta de vigilancia. O si no, falta de más vigilantes. Termino diciéndoles que en lo que llevamos de legislatura -menos de un año- se llevan gastados más de 400.000 euros en arreglos. Y se espera que el arreglo total, -la puesta al día de todo cuanto está mal-, costará otros cuatrocientos mil.