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Las elecciones autonómicas, insulares y municipales del 27 de mayo de 2007, de las que hoy se cumple el primer aniversario, llevaron a un vuelco institucional sin precedentes en Balears. Aunque el PP fue el partido más votado, los pactos posteriores apartaron al primer partido de todas las instituciones. Un año después, la presidencia del Govern, la del Ajuntament de Palma y la de todos los consells están en manos del PSOE o, caso de Fomentera, de sus coligados.

El 27 de mayo de 2007, casi setecientas mil personas, concretamente, 699.947 personas estaban llamadas a las urnas; 420.9541 (un 60'14% del censo) ejercieron su derecho al voto. Al Parlament balear, que decide el Govern, se elegían sus 59 escaños. Una vez sumados los votos por correo, con 192.577 sufragios votos, un 46'02%, el PP obtuvo 28 escaños, al que hay que sumar el escaño de la Agrupación Independiente Popular de Formentera. En total, 29 escaños insuficientes para gobernar al no lograr la mayoría absoluta, claro objetivo que se había marcado el PP. Tanto para el Parlament balear como para los Consells, y concretamente el de Mallorca. El PP presentó a Rosa Estarás como aspirante a presidir el Consell.

Estaràs, que había apostado por una campaña dura, muy crítica con Maria Antònia Munar y su partido, UM, no logró mayoría absoluta. Las urnas, sin contar el voto por correo (que no varió ni porcentajes ni escaños) dieron al PP 153.083 votos y 16 asientos en la institución insular. El PSOE, obtuvo 100.718 y 11 puestos. Bloc y UM consiguieron 3 cada uno.

Aquel día se celebraron también elecciones municipales. El PP se mantuvo como partido más votado en las corporaciones locales pero -igual que sucedió en las autonómicas- no conseguir la mayoría absoluta era una puerta abierta a no gobernar. Por la fuerza simbólica que supone, hay que destacar el caso de Palma, gobernada por el PP con mayoría absoluta y que, desde junio del pasado año preside la alcaldesa socialista Aina Calvo, en virtud de un pacto no exento de dificultades, sobre todo por la actitud de UM, partido decisivo y que obtuvo su mejor resultado en la capital con Miquel Nadal de candidato. Calvo, tras una negociación que incluyó momentos de tensión, es alcaldesa de Palma desde el 16 de junio en que, en una ceremonia llena de emotividad, ocupó el cargo que años atrás había ostentado otro socialista: Ramón Aguiló.