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C. A/EFE Malestar en los puestos de venta de pescado de los principales mercados de Palma por el descenso de ventas registrado ayer a causa del cierre de la Lonja de Palma, como consecuencia de la huelga protagonizada el viernes por los pescadores para protestar por el incremento de los precios del gasoil.

Entre ocho y once toneladas de pescado se han dejado de vender a causa del parón pesquero. La cifra representa las capturas diarias de la flota balear, el 22% del pescado que se vende en la Isla, datos facilitados por Bernat Bonet, presidente de Opmallorcamar.

En el mercado del Olivar algunos pescaderos cargaban las tintas contra los medios de comunicación por anunciar que en los mercados no habrá pescado fresco hasta el martes.

Algunos argumentaban que desde la Península llegó pescado fresco e incluso hubo algún cartel que anunció gamba fresca del día capturada en Sóller y en Alcúdia.

Sea como fuere, el viernes se realizó la última subasta de la semana, puja en la que se dobló el precio de salida de algunos productos.
La pescadilla o el bonito son algunos ejemplos. La gamba extra mallorquina alcanzó ayer en el mercado entre 75 y 80 euros el kilo, con un beneficio para los pescadores «ridículo», decían.

«Lo que ganamos hoy (por ayer) no llega prácticamente ni para pagar el ticket del aparcamiento», lamentaban los pescaderos.
En cuanto a los clientes, hubo sorpresa entre algunos que no esperaban encontrar el surtido de pescado que finalmente hubo en plazas como el Olivar y en Santa Catalina.

«Pensábamos que no habría pescado», decían mientras recibían las oportunas explicaciones relativas a que en la subasta del viernes se compró más género, precisamente, para abastecer los puestos el sábado. También en el mercado de Santa Catalina se percibió un cierto malestar entre los responsables de los puestos de venta de pescado que reflejaba la importante bajada de ventas.