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Cuando ha transcurrido ya el primer año de la legislatura resulta oportuno comprobar el grado de realización del compromiso electoral de los partidos, las promesas hechas en su programa que tienen que convertirse en realidad. Hay que reconocer que, en este capítulo, el pacto de centro-izquierda que gobierna en las principales instituciones de Balears no lleva camino de materializar las iniciativas más destacadas; de hecho ya ha cedido en una de las más significativas: el hospital de Son Espases.

Las diferentes formaciones políticas mantienen un elevado grado de coincidencia respecto a la necesidad de llevar adelante proyectos como el del tranvía de Palma, la prolongación de la red de ferrocarriles de Mallorca, la gratuidad de los libros de texto en las escuelas o la creación de la policía autonómica. Doce meses después de las elecciones, ¿cuáles se llevarán adelante? Cuando ya se ha consumido el primer cuarto del cuatrienio se atisba un retraso considerable en la previsible ejecución de algunas infraestructuras públicas, crece el escepticismo respecto a la posibilidad real de su puesta en marcha en los plazos comprometidos electoralmente.

Hay un factor determinante en toda esta situación, el pésimo estado de las arcas públicas "agotadas por el desenfreno inversor de la pasada legislatura" y el deplorable sistema de financiación institucional en Balears "pendiente de revisión en este mismo año". Todo ello, sin duda, mantiene colapsadas las inversiones.

La cuestión de fondo se centra en establecer el grado real de compromiso que los partidos dan a sus promesas electorales, el punto de rigor que preside la redacción de sus programas de gobierno. De momento todo apunta a que se trata de papel mojado y palabras vanas.