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El Teatre Municipal de Palma acoge hoy a las 19.30 horas la presentación del libro Viatge a la Xina, la recopilación que la editorial Ensiola ha realizado de las crónicas que Pere A. Serra, presidente editor del Grup Serra, escribió tras su primera visita a China. El escritor Baltasar Porcel se encargará de introducir el acto.

El volumen recoge las impresiones que el viaje causó en Pere A. Serra. Unas impresiones que, una vez de vuelta, se publicaron en una cincuentena de periódicos de España, entre ellos el Baleares. Los artículos dejan entrever las diferencias que existían entre la China de Mao, que vivía su Revolución Cultural, y la España de la última época de Franco.

34 años después
Precisamente, fue Ensiola quien solicitó al editor poder publicar las crónicas con motivo de los juegos olímpicos. En el prólogo, Pere A. Serra asegura que «pocos viajeros que vayan ahora podrán entrever o imaginarse cómo era entonces», es decir, 34 años atrás.

El libro sigue el recorrido que el presidente del Grup Serra realizó junto al doctor José María García Ruiz, el actual presidente de Ambulancias Insulares, a lo largo de quince días. Pekín, Shangai, Huzhou, Wuxi y Nanquin son las ciudades que visitaron. El viaje finalizó en Pekín.

En el prólogo, Pere A. Serra recuerda una de las anécdotas que más le llamó la atención: que en China sólo se jugara a ping-pong. «Por mucho que lo intente, no puedo recordar que se practicara otro deporte», rememora Pere A. Serra, quien también acudió, junto al doctor García Ruiz, a una operación en la que la anestesia se cambió por la acupuntura.

En el prólogo, el editor se pregunta qué descubrirán hoy los viajeros que visiten China con motivo de los juegos olímpicos. «Puede que este libro sirva para remarcar la diferencia entre la China de hace 34 años, sin pecados ni extralimitaciones, y la actual, capitalista al cien por cien donde, según las crónicas, cada año son fusiladas miles de personas por delitos como fumar porros o robar una gallina», dice Pere A. Serra, quien concluye su introducción afirmando desconocer qué China era mejor, «si la totalitaria de Mao, sin fisuras, pero también sin libertades, o la capitalista, con los mismos problemas que en todos los sitios». «Me abstengo, aunque tengo que decir que ir hoy es casi como ir a Nueva York».