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ÀLEX CABOT Una vez finalizó la Primera Guerra Mundial se tuvieron que reconstruir millones de hogares de Europa, pero además se vivió una crisis que motivó movimientos masivos de población hacia los grandes núcleos urbanos. Crecía la industrialización y con ella nacieron las grandes construcciones de alojamiento para la nuevas familias que habían dejado el campo.

En el caso de España, neutral en el gran conflicto bélico de 1914, la industria del país se dedicó a abastecer a ambos bandos, con lo que también vivimos un movimiento migratorio hacia las ciudades, algo que dio lugar a la aprobación de la Ley de Casas Baratas. Pero llegó la Guerra Civil y con ella la destrucción, el caos y la pobreza. El sector privado ya no apuntaba hacia la construcción de las viviendas sociales y ésta fue asumida por el Instituto Nacional de la Vivienda, la Obra Social del Hogar y la Dirección General de Regiones Devastadas, entre otras. Estos organismos, debido a la crisis, no cumplieron con su misión y prácticamente se dejó de invertir en estas construcciones.

Ya en los años cincuenta se pudo detectar un cambio, pues el momento económico obligó a redireccionar los criterios con los que se iba a planear la reconstrucción del continente. En España, en el año 1954, se redactaron las nuevas ordenanzas de cómo deberían ser las nuevas viviendas de carácter social en lo que se denominó la Obra Sindical del Hogar. En este momento nació el conjunto de viviendas 'Generalísimo Franco', conocido popularmente como Corea y situado en el barrio de es Camp Redó de Palma.