Las espadas de los moros y los palos de madera de los cristianos llenaron por completo las estrechas y céntricas plazas de Pollença.

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l pueblo de Pollença vibró ayer con la ancestral batalla de los moros y cristianos. Un año más, las estrechas y céntricas calles del municipio fueron el escenario del inicio de la lucha donde Joan Mas, este año encarnado por el joven Miquel Cifre, avisó a todos los vecinos de la llegada de los corsarios con el conocido grito: «Mare de Déu dels Àngels assistiu-nos! Pollencins, alçau-vos! Els pirates són aquí!».

Eran las siete de la tarde y miles de personas se congregaron en las calles de Pollença para no perderse el simulacro. Que este año la fiesta haya caído en sábado también propició la gran afluencia de público que no tuvo miedo a las altas temperaturas de la tarde de ayer y no dudó en participar en la fiesta más querida por todos los pollencins.

La batalla que rememora el ataque de los moros que tuvo lugar el 31 de mayo de 1550, se inició en la plaza de la Almoïna, donde los moros encabezados por el temible Dragut, encarnado por Miquel Grau, (que no aguantó todos los combates) se enfrentaron con el valiente Joan Mas, que defendió a su pueblo a capa y espada del ataque de los corsarios.

Como cada año, ayer no faltaron las espadas ni los palos de madera de los cristianos que se alzaron con fuerza durante, aproximadamente, una hora por dentro del pueblo. Pero como manda la tradición, después del duro enfrentamiento en el centro, todos los asistentes se trasladaron hasta el campo de fútbol donde, a pesar de la resistencia de los moros, Joan Mas (que cuando hacía «el grito» sólo pudo pronunciar una frase) consiguió vencer a Dragut y salvar a su pueblo del ataque moro bajo un fuerte olor a pólvora proveniente de los grandes cañones que hacían regresar a todo el público a la ancestral batalla.

Después de la victoria, todos los cristianos se dirigieron al templo parroquial, donde entonaron en Tédeum de Mossèn Miquel Tortell en honor a su patrona, la Mare de Déu dels Àngels. Los políticos también quisieron participar de la fiesta y se pudo ver al alcalde, Joan Cerdà, i al conseller de Patrimoni del Consell y regidor de Pollença, Gabriel Cerdà, vestidos de cristianos.

M.Nadal/C.Alzamora

Fotos: Pilar Pellicer