Cañellas, en la foto, no descarta cerrar albergues si no recibe apoyo económico.

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JUAN MESTRE

En la actualidad, Turisme Jove tiene un agujero económico de 5'8 millones de euros.

Sin embargo, la partida de personal es la que más ha desviado el presupuesto del consorcio. Una empleada de Turisme Jove declaró ante el juez que «Juan Fran Gosálbez tenía postestad, y de hecho lo hizo, para cambiar los sueldos de los trabajadores del consorcio y del suyo propio con el beneplático de Damià Amengual». Esta misma trabajadora calificó «de quiebra total y absoluta» la situación financiera del Consorci Turisme Jove.

Inyección económica

El conseller d'Esports i Joventut, Mateu Cañellas, está a la espera de una inyección económica extraordinaria para poder cubrir el déficit que acumula el Consorci Turime Jove por la mala gestión de la pasada legislatura. El consorcio adeuda 900.000 euros a los proveedores, algunos de los cuales se encuentran al borde de la quiebra. Cañellas espera que en el mes de noviembre, en función de las partidas que no se gasten en otros departamentos, la Conselleria d'Esports i Joventut pueda recibir un aportación extraordinaria para cubrir su déficit millonario.

Paralelamente, el objetivo de Cañellas es reducir gastos de manera drástica. Se suprimirán viajes de los dirigentes del consorcio y sólo podrán presentarse tickets por la consumición de menús. Las dietas estarán prohibidas. En caso de no conseguir dinero en los próximos meses, Cañellas se planteará la posibilidad de suprimir servicios e, incluso, de cerrar algunos albergues.

Precisamente, el despilfarro era habitual en Turisme Jove la pasada legislatura. En una declaración ante el juez que instruye el caso se denunció que Gosálbez realizó múltiples viajes por España y al extranjero. Ni los propios trabajadores sabían exactamente el motivo del viaje. Además de Gosálbez viajaban otras dos trabajadoras. Una de ella era la que gestionaba la negociación de precios y la otra «nadie sabía para qué iba».

El alquiler del local que era propiedad de Gosálbez también sorprendió a los trabajadores de Turisme Jove. El local no era necesario y el sitio, inadecuado. Además, la contratación del local se hizo a pocos días de las elecciones. «Se hizo un poco a hurtadillas», testificó una trabajadora del consorcio.

Dejación de funciones

El descontrol económico en el Consorci Turisme Jove era total y absoluto. Gosálbez controlaba el consorcio gracias a la dejación de funciones que hacía el gerente del organismo, Damià Amengual. Según la Fiscalía, Gosálbez utilizó en su propio y exclusivo beneficio particular los fondos que tenía como jefe de servicios y mantenimiento del consorcio. Llegó a gastar, como mínimo, fondos públicos por valor total de 21.074 euros entre viajes, hoteles, comidas y taxis. Gosálbez está acusado de apoderarse de 18.957 euros procedente del consorcio de alberguismo juvenil.