TW
0

La titular del Ministerio de Fomento, Magdalena Àlvarez, aportó pocos datos novedosos en su comparecencia pública en el Congreso de los Diputados respecto al trágico accidente del vuelo JK 5022 de la compañía Spanair, que el pasado 20 de agosto se estrelló cuando iba a despegar del aeropuerto de Barajas con destino a Las Palmas. La ministra centró su intervención en defender el control que los inspectores de Aviación Civil realizaron sobre el avión, el cual había sido sometido a innumerables revisiones en los últimos años siguiendo los protocolos de seguridad con independencia, como es lógico, de las que realiza internamente la propia compañía aérea. Àlvarez, también, ha querido dejar claro en su intervención que las eventuales dificultades económicas que atraviesa Spanair no han afectado a los parámetros de seguridad.

Por tanto, después de la comparecencia de la ministra siguen sin conocerse los pormenores que desencadenaron el accidente del avión de Spanair, los cuales todavía están siendo objeto de una profunda investigación por parte de técnicos de Aviación Civil, los cuales deberán hacer público un informe con sus correspondientes conclusiones. Hasta entonces, la ministra Àlvarez ha optado por defender la eficacia de los controles de la Administración para garantizar la seguridad aérea, un principio que -afortunadamente- no se ha llegado a cuestionar a pesar de la tragedia. En este sentido no puede pasar desapercibido el detalle de la representante del Gobierno para tratar de evitar la alarma sobre el tráfico aéreo en España, en especial cuando la inmensa mayoría de los turistas que nos visitan llegan en avión. En todo caso, la cuestión está en saber qué ocurrió en el maldito vuelo JK 5022. Esto es lo que los supervivientes y familiares merecen saber.