En 1912 el Ferrocarril de Sóller se creó para unir las ciudades de Palma y Sóller. Hoy, 96 años después, este tren se ha convertido en una de las primeras excursiones turísticas más solicitadas por los visitantes de la Isla.
El viajero accede a las sensaciones que le ofrece el tren a lo largo de su recorrido: los paisajes mediterráneos de la Serra de Tramuntana, perceptibles solamente desde estos caminos de hierro, y la inolvidable experiencia de viajar en la única máquina automotor de tracción eléctrica, el tren de Sóller, es el único de estas características que se encuentra actualmente en funcionamiento. A lo largo de su trayecto se desliza por trece túneles que atraviesan la Serra de Tramuntana llegando en una hora a su destino final: Sóller.
Partiendo de la estación de Palma, en plena Plaça d'Espanya, 27 km separan Ciutat de Sóller. El itinerario recorre los bellos paisajes de montaña de Son Sardina y Bunyola hasta llegar al Mirador Ses Barques donde los turistas se paran para tomar una panorámica general del pueblo y aprovechan estas vistas privilegiadas para fotografiarse con la familia.
«Nos han recomendado hacer el recorrido por tren, mejor que con coche, porque el paisaje es una maravilla y así se disfruta más de las vistas. Además es más bonito y tradicional», señala Julián, uno de los pasajeros del tren.
Una vez llegado a Sóller, el primer tranvía en funcionar con energía eléctrica en Mallorca les espera para llevarles al mismo puerto de Sóller.
El tranvía inicia su recorrido a pocos metros de la Plaça de Sa Constitució, cruza el Torrent Major por un puente metálico para dar paso a campos de limoneros y naranjos que les acompañaran hasta el borde de la bahía de Sóller; una vez aquí el viajero puede disfrutar de la vista de las playas con sus bañistas y sus barcas de pesca. Por último, se llega a Sa Posada de l'Artesà, edificio del que antiguamente salían las diligencias hacia Palma y que conserva el aspecto de principios de siglo.
La tercera parte que completa el itinerario lo forma el viaje en barco a sa Calobra. Este trayecto ofrece unas inmejorables vistas de la costa que acerca a sa Calobra donde los turistas pueden recrearse con la Cala Tuent hasta que alcanzan el Torrent de Pareis a diez minutos de la propia Calobra.
Una vez aquí los visitantes aprovechan el día soleado para descansar y relajarse disfrutando de la naturaleza en estado puro.
«Ha sido una excursión magnífica que merece la pena hacer. No nos ha defraudado en absoluto, de hecho se lo recomendaré a mis amigos como así lo hicieron conmigo», sentencia Claudia tras pasar un día completo en la excursión.
Alberto Segovia
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