Del lujo asiático al calabozo de Palma

De esta forma tan drástica han cambiado las vidas de la ex gerente del CDEIB Antònia Ordinas y del ex director general de Promoción Industrial Kurt Viaene. Ordinas lleva desde el mediodía del pasado lunes en los calabozos de la Jefatura Provincial de la Policía, en Palma, en donde en la mañana de ayer ingresó Viaene. Lógicamente, no están juntos en los calabozos. Ordinas también se encuentra separada de su mujer, la soprano Isabel Rosselló, también detenida en las mismas dependencias.

Cualquier persona que ingrese en los calabozos sigue unas pautas. La primera consiste en la identificación dactilar. Posteriormente se le realiza un acta por escrito de sus derechos físicos (igual que los derechos que se les explica verbalmente en el momento de ser detenido), se le pregunta si necesita un médico y si quiere ponerse en contacto telefónico con alguien.

Posteriormente se le pregunta si desea solicitar el habeas corpus. En ese momento, el inspector central de guardia realiza un volante de ingreso en los calabozos. Antes de entrar en los mismos, se le registra para despojarle de cualquier objeto (cinturón, cordones de zapatos, joyas...) con el que pueda poner en peligro su integridad física. En el momento del cacheo, éste es realizado por un agente del mismo sexo que el que figure en el DNI del detenido.

La situación dentro del calabozo no puede ser más deprimente. Un habitáculo sin ventilación donde como única «decoración» se encuentra un saliente que hace las funciones de banco y cama. Los funcionarios entregan a los detenidos un colchón y mantas para hacer más llevadera la noche. En una esquina, una cámara graba todo lo que sucede en el interior. Para ir al servicio deben pedir permiso. Y en cuanto a la comida, leche y galletas para desayunar y bocadillos de mortadela, jamón york o queso para comer y cenar.