Para celebrar los trescientos años de su libro sagrado, la religión india de los sijs puso ayer color y música a algunas calles de Palma.
Ésta es la primera fiesta hindú que se celebra en la Isla. El evento congregó a más de cuatrocientos sijs, que, descalzos, salieron a la calle para venerar al dios de su religión, el gurú Granth Sahib, «un texto sagrado en el que aparece la doctrina básica del sijismo», señaló Kuldcep Singn, uno de los participantes.
Encabezaron este encuentro los Panb Piare, cinco hombres portadores de los cinco símbolos para esta religión que son una daga para representar la fuerza; un peine de madera que simboliza su preparación para la vida, una pulsera, símbolo de la bondad; ropa interior de algodón, que representa la fidelidad en su matrimonio, y una barba, que no pueden cortar para no contaminarse con las modas de la sociedad.
A estos cinco mensajeros les seguían otras personas que barrían y ponían agua en la calle. «El suelo por donde tiene que pasar el libro sagrado debe estar limpio», apuntó Singh. El libro estaba cubierto por una tela, mientras los sijs lo veneraban cantando y siguiéndole a lo largo del circuito, que comenzó y finalizó en su Gurdwara (templo), situado en la calle Teniente Sureda Portel.
Pétalos de rosa cubrían la plataforma sobre la que, a parte del libro, también se encontraba Hanjoor Sahib, el padre de su templo que, de forma continua, recitaba unas palabras sagradas.
Después de una exhibición con los guerreros protectores del gurú, la fiesta finalizó con una comida en el Gurdwara.
Celia Heredia
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