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El clima de bienestar social en las Islas se está degradando de forma alarmante a causa de la crisis económica y la precariedad laboral existente, «ya que el 30% de la población balear está rozando el umbral de la pobreza», según indicó ayer el director de Cáritas Diocesana Mallorca, Antoni Vera, en la presentación del informe FOESSA sobre la exclusión y desarrollo social en nuestro país en 2008.

En estos momentos, el 18% de la población vive ya en unas condiciones que se pueden catalogar de pobreza, ya que perciben al año menos de 6.895 euros.
Agravamiento
Tanto Antoni Vera como la secretaria general de Cáritas, Margalida M. Riutort, indicaron que en estos momentos «se percibe un agravamiento de la situación, porque hay una franja de la población que vive en unas condiciones de gran vulnerabilidad económica que, en caso de que no reciban ayudas, pueden superar el umbral de la pobreza».

Riutort añadió que esta situación no se vivía en las Islas desde el «boom» inmigratorio del año 2001.
La consecuencia de este hecho es que «la crisis ha provocado un aumento del 30% en las demandas de ayuda directa en lo que va de año con respecto a 2007, y la mayor parte de este incremento obedece a peticiones realizadas por personas a las que la crisis les ha sobrevenido y se han encontrado repentinamente en una situación delicada».