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M. JUNCOSA/JOSEP M. AGUILÓ
Las empresas de Mallorca y Menorca registraron caídas de ventas como consecuencia del colapso eléctrico de anteayer, pero no registraron excesivas pérdidas, como sí sucedió, en cambio, en los apagones registrados en los veranos de 2000 y 2003, según las primeras estimaciones de las asociaciones empresariales de Balears.

El presidente de la Confederació d´Associacions Empresarials de Balears (CAEB), Josep Oliver, afirmó que la patronal no ha realizado una evaluación de los daños, si bien instó a sus empresas asociadas a realizar un informe fehaciente de los daños que hayan podido registrar para tramitarlos ante la compañía eléctrica a través de las asociaciones sectoriales.

En los mismos términos, la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (PIMEM), que preside Juan Cabrera, propone a sus asociados que se dirijan a la patronal para realizar una reclamación conjunta ante Gesa-Endesa.

De acuerdo con el primer sondeo realizado por la PIMEM, uno de los sectores más afectados por el fallo eléctrico fue el de restauración. La patronal estima que los restaurantes de Inca y de los municipios del centro de Mallorca redujeron un 60 por ciento su actividad en pleno 'Dijous Bo', uno de los días más productivos del año en la comarca, una caída que en el global de la Isla se situó hasta aproximadamente un 25 por ciento, al perderse casi en su totalidad el primer turno de comidas y menús.

Otro de los sectores más perjudicados fue el de los industriales, cuya patronal estimó que sus empresas asociadas perdieron entre el 50 y el 80 por ciento de su producción diaria. La Asociación de Industriales, que preside Inés Bescoechea, se lamentó de que en Gesa-Endesa no se considerara prioritario el restablecimiento de la corriente en los polígonos industriales de Palma.

En el sector del pequeño y mediano comercio, los presidentes de Afedeco y de Pimeco, Bartomeu Servera y Bernat Coll, respectivamente, afirmaron que las pérdidas generadas por el apagón fueron mínimas en comparación con las registradas en los veranos de 2000 y de 2003, e indicaron que los perjuicios quedaron reducidos a cierres temporales de los comercios.