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S.CARBONELL
El derrumbe, el pasado martes, del hotel Son Moll (Cala Rajada) que tuvo como consecuencia el fallecimiento de cuatro obreros de la construcción, ha puesto sobre la mesa la alta siniestralidad laboral que registran las Islas.

A pesar de que, tal y como reconoció la consellera de Treball i Formació, Joana Barceló, entre enero y octubre de este año la siniestralidad laboral ha disminuido en la construcción en un 18 por ciento, los datos globales siguen siendo poco alentadores.

De enero a octubre de este año se han registrado un total de 24.329 accidentes laborales, según los datos facilitados por la Unión General de Trabajadores (UGT) de Balears.

Si bien es cierto que este año 2008, en que ha entrado en vigor del Plan de Choque contra la Siniestralidad Laboral, la accidentabilidad ha disminuido con respecto al año pasado.

Si comparamos los datos de siniestralidad de octubre, los últimos hechos públicos, observamos que el año pasado se registraron un total de 3.055 accidentes laborales en octubre frente a los 2.061 de este pasado mes de octubre, es decir, se produjeron 994 accidentes menos (-32'53%).

De enero a octubre de 2008 se han producido 22 accidentes mortales a los que habrá que sumar los cuatro fallecidos en el derrumbe del hotel Son Moll.
La mayoría de los accidentes mortales se producen en el sector de la construcción; mientras que los trabajadores de la hostelería y la restauración están más afectados por los accidentes leves y graves.

La finalidad del Plan de Choque contra la Siniestralidad Laboral es la de reducir los accidentes de trabajo en un 30 por ciento.
Entre los objetivos generales del plan figura el fortalecer los mecanismos de inspección y control del grado de cumplimiento de la normativa; mejorar las condiciones de trabajo y fomentar las medidas adoptadas por las empresas para garantizar la salud y la seguridad de los trabajadores.

Por lo que hace referencia al perfil de los accidentados, según los datos que maneja la Conselleria de Treball, la siniestralidad tiene una importante incidencia entre los trabajadores inmigrantes, sobre todo entre los trabajadores procedentes de Marruecos y Ecuador. También influye el tamaño de la plantilla y la duración de los contratos, con los porcentajes más altos de siniestralidad en los contratos de menos de tres meses.