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V. M. L. Brisa Marcos pasará la Navidad a 9.000 kilómetros de sus padres por una aplicación más que estricta de las leyes de extranjería. La niña, que tiene cinco años, está ahora en Cochabamba (Bolivia) con su abuela. Llegó allí acompañada por sus padres y su hermana pequeña. Era la primera ocasión en cinco años en la que la familia regresaba al país andino y fue un regreso urgente: a la abuela materna de la niña le acababan de detectar un cáncer.

La madre de Brisa, Eva Alina, cuenta que, en el mes de octubre, ya en el aeropuerto para volver a España, no permitieron embarcar a la niña en el avión. Tanto la madre como el padre tienen permiso de residencia y su hermana pequeña, Noelia, tiene nacionalidad española. «Habíamos metido los papeles para la reagrupación familiar, mi hija está empadronada en Palma y está matriculada en el colegio», explica la madre. Los funcionarios del aeropuerto explican que, al no tener visado de entrada en España, Brisa no puede viajar.

La familia se queda en tierra y acude al consulado español de La Paz para intentar solucionar la situación. Allí les envían al de Cochabamba. Hasta cuatro viajes de una ciudad realizaron Eva y su marido Marcos con las dos niñas. Se trata de un recorrido de cuatro horas en coche aproximadamente. Además de reeditar el 'Vuelva usted mañana', Eva denuncia el mal trato recibido en los consulados: «Fuimos de un lado a otro sin solucionar nada y nos dijeron que haberlo visto (por Mallorca) allí de malos modos», cuenta. Los trámites fueron inútiles y la familia tuvo finalmente que volver a España porque el permiso de residencia de la madre caducaba. Así, regresaron y dejaron a Brisa con su madre, que se está recuperando del cáncer.