l president del Govern, Francesc Antich, salió de su entrevista en La Moncloa con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, satisfecho por el trato que dispensará a Balears el nuevo modelo de financiación autonómica basándose en la convicción de que éste no puede empeorar más. El razonamiento de Antich es cierto pero, atendiendo al total y absoluto desconocimiento de datos sobre los que se basa, refleja una preocupante falta de ambición por resolver el lastre que arrastran las legítimas aspiraciones de autogobierno de las Islas dentro del conjunto de España. La actual oportunidad por resolver la ya crónica discriminación financiera de Balears por parte del Estado no puede dejarse escapar.
A falta de conocer la 'letra' del nuevo modelo de financiación, Zapatero sólo da a conocer la 'música' "con aceptación diversa por parte de los presidentes autonómicos", el misterio con que el Gobierno está llevando la cuestión invita a la preocupación. Da la sensación de que se quieren compatibilizar criterios contrapuestos con el objetivo de contentar a todas las comunidades autónomas, como si los recursos financieros del Estado fuesen ilimitados hasta el punto de poder satisfacer todas las exigencias.
Todo indica que no será hasta la próxima semana cuando el Ministerio de Economía y Hacienda dará a conocer la 'letra' "siguiendo el símil musical" del modelo, es decir, los criterios del reparto y las cantidades que se asignarán a cada autonomía. Será entonces el momento de determinar si la satisfacción del president Antich está justificada o si, por el contrario, se habrá dado una patada hacia adelante con el problema a la espera de tiempos mejores para la economía española. Hay que seguir esperando.
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