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Manacor se llenó de animales de toda raza, origen y condición. Centenares de personas se acercaron a la plaza Ramon Llull, donde mossèn Andreu Genovard bendecía a todos, grandes y pequeños, demonios y payeses, en la celebración más multitudinaria de la historia de la ciudad.

Fueron una de las beneïdes más participativas de los últimos años. Hubo hasta 22 carrozas que escenificaron todos los temas de la payesía. Hacer pan, triturar higos chumbos, el pozo para sacar agua o la foganya para torrar unas buenas llangonisses fueron algunos de los temas elegidos para mostrar la vida tradicional del campo mallorquín.

Al final fueron los Amics dels Morers los que se llevaron el primer premio con una carroza con tres escenas diferentes: un torn de cerámica, una colla de xeremiers bajo la porxada o el corral de animales. El segundo premio fue para Guillem des Pou Nou, con una carroza donde se reproducían unas cases de possessió. Los de son Ravanell, el porxo de ses figueroles, Amics de Tortova o l'Ampa de Sant Francesc fueron el resto de clasificados.

Caballos, conejos, canarios, gallinas, gatos y otros ejemplares desfilaron en procesión para honorar al santo con más devoción en la ruralía mallorquina. Casi todos los animales de Manacor y comarca fueron bendecidos. Algunos incluso demostraron sus cualidades ante las autoridades y la banda de música, que también participó acompañando la fiesta.

Como es habitual, no faltaron las gloses. Algunas hacían referencia a temas de actualidad como el del Cola-cao y como cada año también las hubo reivindicativas de una escuela nueva.

J.Socies/A.Bassa