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Aunque han pasado muchos siglos desde que San Antonio Abad apadrinara a los animales por primera vez, pocos se olvidan de rendirle homenaje cada 17 de enero, cuando la tradición manda que animales de granja y mascotas sean bendecidos para garantizar un año sin enfermedades. Miles de personas esperaron pacientemente a lo largo de todas las calles que enlazan la Catedral con el claustro de Sant Antoniet para disfrutar de un espectáculo que se repite con la misma liturgia año tras año: una rotunda manifestación de amor a los animales y, en muchas ocasiones, un alarde de moda canina.

Un tiempo espléndido acompañó a espectadores y protagonistas, que a pesar de las agradables temperaturas, no quisieron perder la oportunidad de lucir creativos modelitos hechos a su tamaño. La mayoría de las mascotas hicieron el recorrido en brazos de sus dueños, aunque para algunos la relación entre el perro/gato/hámster/conejo y su propietario va mucho más allá. «Tranquila, Coqueta, que estás con la mami», eran las palabras de una asistente al evento intentando calmar el temblor que acuciaba a su pequeña perrita de siete meses, arropada con un abrigo rosa muy llamativo. Otros, claro, no podían ir en brazos, dado su tamaño o sus características. Era el caso de los espléndidos dogos, galgos y caballos que acudieron a la bendición.

Como suele ser tradicional, algunas autoridades municipales asistieron a las beneïdes, encabezadas por la alcaldesa, Aina Calvo, que aprovechó la presencia de las cámaras para insistir en la necesidad de exigir una conducta responsable a los ciudadanos que tienen animales a su cargo. «Hay que sensibilizar especialmente a los más pequeños, para que tengan un ejemplo de convivencia», dijo, y recordó que permanentemente se realizan campañas para intentar evitar el abandono de animales, que alcanza cifras escandalosas en Ciutat. La regidora de Salut, Begoña Sánchez, también quiso incidir en el reto de establecer una convivencia de los animales en el entorno urbano, recordando la necesidad de mantener limpia la ciudad.

La comitiva iba encabezada la Policía Montada, los Tamborers de la Sala, los cabezudos, los xeremiers y una carroza de Medi Ambient. A continuación, un burro, que fue el primer animal en ser bendecido por los padres Rafel y Nadal, a quienes ayudaron varios miembros de la Cofradía de San Miguel. Vimos ovejas, caballos, ponis, perros, gatos, hámsters, conejos, halcones, periquitos y algunos animales que son, si cabe, aún más amigos del hombre: los perros policía y los perros guía.

Amaya Michelena