Según informa la Policía Local de Palma, más de 13.000 ciclistas de todas las edades y sexos participaron en la Diada Ciclista de Sant Sebastià, celebrada ayer en Palma, con salida de Cort, a mediodía, y llegada al polideportivo de Son Moix. Y lo creemos, pues la salida se dio a las doce en punto, y a las 12.34 pasaba por delante de la fachada del Ajuntament la ambulancia que cerraba el cortejo. Impresionante, de verdad.
A los participantes se le entregó una camiseta de color rojo. Llamó la atención que muchos de ellos, entre ellos Grosske y Biel Barceló, no llevaban casco. ¿Por qué no se aprovecha un acto como éste para mentalizar a la gente que sobre ruedas -y más si es sobre dos; y mucho más si el cuerpo es la carrocería- ha de ir protegido, empezando por la cabeza? Es una sugerencia.
La nota emotiva la pusieron media docena de alumnos del Col·legi Públic de Santa Catalina cantando el himno del club cicloturista Las Tortugas, no por el himno en sí, compuesto por Manuela, la profesora de música del centro, y desde hace no mucho tortuga, sino porque lo cantaron en recuerdo de otro tortuga, Toni Caldés, fallecido trágicamente en la carretera hace unos días. Sus compañeros, uniformados, en primera fila de salida, entre los que se encontraba Marisol, su compañera del alma, que ocultaba el dolor y la pena tras gafas oscuras, los escucharon con gran emoción.
A las doce en punto del día de Sant Sebastià, la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, y Antoni Llompart, de La Caixa -patrocinador de la diada-, rodeado de políticos de todos los colores, dieron la salida de la misma cortando la cinta.
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