TW
0

Son españoles por ley a través del beneficio que les otorga la promulgada Ley de Memoria Histórica, que contempla a los descendientes de españoles que tuvieron que huir del país perseguidos por el régimen franquista. Las historias de los hermanos Varela y de los hermanos Racedo están llenas de anécdotas y recuerdos de sus abuelos, los que ahora les están brindando la posibilidad de ser ciudadanos españoles.

En el caso de Osiris y Àlvaro Varela, de origen uruguayo, señalan que sus abuelos por parte paterna llegaron a Uruguay desde Galicia y en la línea materna desde Islas Canarias.

Àlvaro contaba con un proyecto comercial que le animó a venir a España para poder desarrollarlo y que, de hecho, ya hace un año que ha dado inicio. Con el beneficio que le otorga ser ahora español, «se facilita la llegada de mi hermano para formar parte de la empresa; y la idea de ampliar este proyecto comercial a toda España», señala Àlvaro.

Poder recabar datos de sus antepasados también requirió de todo un esfuerzo y sacrificio adicional para conseguir el objetivo de obtener la nacionalidad española. Más allá de ello, han valorado los servicios prestados y la información que les proporcionaron los ayuntamientos tanto de Galicia como de Islas Canarias: «Al solicitar datos al Ayuntamiento donde me encontraba empadronado, la respuesta me llegó en prácticamente dos semanas», recuerda. Con todo ello, más los documentos hallados en Uruguay, se pudo reunir a un material significativo como para poder acogerse a la Ley de Memoria Histórica. «Desde pequeños siempre nos interesaba saber sobre la tierra de nuestros abuelos» recuerda Osiris, quien además cuenta que era un «momento fantástico» cuando se sentaban a escuchar las historias que sus mayores solían relatar.

«Antes nuestros abuelos emigraron por razones políticas hacia América, motivos más que suficientes como para abandonar su país y ser acogidos en una nueva tierra», pero ahora «vemos una migración inversa, y somos los descendientes los que estamos volviendo a esta patria, porque la situación económica no nos es favorable en nuestro país de nacimiento».

La historia de los hermanos Racedo tiene su epicentro en la República Argentina. La madre de estos jóvenes, Catalina Hernández Marqués, informa que llegó a Mallorca hace ya tres años con su ciudadanía española como descendiente directa de padres mallorquines. Tras la aprobación de la Ley de Memoria Histórica la familia comenzó a buscar en la historia de sus predecesores.

Catalina hace memoria sobre sus padres y tíos en Argentina, donde el núcleo se componía de cinco hermanos: «Me acuerdo mucho de mi infancia y de cómo hablaban el mallorquín entre ellos y también con nosotros». La situación política de la época fue trasladando al grupo familiar hacia la República Argentina.

Una vez establecida en Mallorca, Catalina dio inicio a la búsqueda de una de las pruebas fundamentales: el pasaporte republicano de su abuelo. Y es así que llegó al documento a través de una pequeña caja de recuerdos que aún conservaba de su abuelo. Entre otras informaciones supo del esposo de una de sus tías, quien había pertenecido a las filas republicanas y que, según comenta, «habría tenido problemas». «Luego supe también que la mayor de las hermanas de mi abuelo llegó a ser inclusive encarcelada durante la dictadura franquista».

Al evaluar la nueva disposición, Catalina considera como «merecido» este beneficio de la ley. Sus hijos María Belén, David y Elizabeth Cielo serán también ciudadanos españoles. Para ella esto es «un derecho reconocido», debido a que «lo que sus abuelos debieron de soportar por aquella época fue más que difícil».

María Belén Racedo apuntó a las ventajas que le podrá reportar el contar con la ciudadanía española, además de su expectativa por que se le abran nuevas oportunidades.

Por su parte David quiso rememorar a sus abuelos a través de una anécdota: «Por la tarde siempre encendían la televisión y miraban la novela. La comentaban en mallorquín y nosotros nada le entendíamos». Para finalizar, Elizabeth Cielo considera la aprobación de la Ley de Memoria Histórica como «un logro de la sociedad», además de significar «un triunfo de la tolerancia y de los Derechos Humanos» por «una ley como ésta».