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PATRICIO CANDIA/FRANCISCO BARRASA
Hoy, miércoles 18 de febrero, quedará marcado en rojo en el calendario judicial de 2009, como el día que, por primera vez en la historia, los jueces de Palma de Instrucción, Penal, Civil, Social y Mercantil han decidido declararse en huelga. Los magistrados, incluidos los de Eivissa, han justificado esa decisión por el déficit crónico que padece la Administración de Justicia en las Islas. Esta página recoge algunas de las reivindicaciones de sus señorías. ¿CUál es la función del juez?
LA FUNCIÓN DE un juez estriba en dirimir los conflictos entre las partes y enjuiciar delitos, mientras que los fiscales ejercitan la acción penal. En ambos casos, su objetivo primordial será defender los intereses de los ciudadanos. ¿CÓMO SE LES CONTROLA?
LOS JUECES NO tienen un horario definido de entrada y salida del juzgado, pero su productividad es vigilada con lupa por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a través de los módulos de trabajo. El colectivo se enfrenta, día a día, al sistema de puntos en las causas que asumen. Un juez de lo Penal, por ejemplo, sumará más puntos en un caso de asesinato que otro de conducción sin carnet. La dificultad de una causa y otra son muy dispares. Los secretarios de cada uno de los juzgados son los encargados de elaborar las estadísticas de trabajo, que envía cada tres meses al CGPJ. ¿viven 'bien' los jueces?
UN JUEZ NO NACE predestinado a su tarea como protagonista en uno de los tres poderes del Estado. Se hace desde una oposición que le ocupa no menos de cinco años, consagrados al estudio y la memorización de casi cuatrocientos temas, un curso en la Escuela de Formación Judicial y unos meses viendo cómo trabaja un magistrado con experiencia. De hecho, sus señorías confiesan -en privado- que ni de lejos es el español el mejor método para habilitar a quienes imparten justicia, pero que al cabo de unos pocos años de tarea, con voluntad y la compañía de «dosis asumibles de angustia», ejercen su función jurisdiccional como «una tarea correcta» para la ciudadanía. La reflexión de todos los profesionales consultados confluye en una pregunta: ¿Para cuándo un cambio en el modelo de acceso que incluya la capacidad de raciocinio, el conocimiento de la sociedad en la que vivimos y un nivel razonable de cultura general? ¿tienen derecho a huelga?
EL JUEZ ES UN PODER DEL ESTADO cuando está dictando una sentencia, pero en el momento de resolver también es una persona sometida a un estatus laboral que trabaja con una serie de condiciones, con una retribución, que está sometido a un régimen disciplinario, que debe cumplir con una carga de trabajo, a una serie de deberes y obligaciones que le hacen merecedor de ese derecho, según los convocantes del paro. ¿SON JUECES POR DINERO?
SU SUELDO (equiparado con el de los fiscales) es 'decente', pero ellos recuerdan que han dejado parte de su vida en las oposiciones, donde han tenido que memorizar 400 temas, y que deben pronunciarse sobre cuestiones muy complejas en su único objetivo de aplicar la ley. No son jueces para ganar dinero, muy al contrario. Lo son por vocación. Un ejemplo: en un juicio de faltas (discusión entre dos vecinas) y una vez analizado el tiempo y dedicación al caso, un juez obtuvo una 'ganancia' de diez euros. El abogado de una de las partes en litigio, en cambio, expidió una minuta de 600 euros. Las guardias de 24 horas, asimismo, están muy mal pagadas, pese a la enorme responsabilidad del juez y de su equipo durante esa agotadora jornada. ¿DE QUÉ SE QUEJAN?
HAY CAUSAS TAN COMPLEJAS que llegan a colapsar un juzgado. La 'Operación Relámpago', por ejemplo, descansa en 48 tomos y se han abierto 12 piezas distintas. El Juzgado de Instrucción 7 que lo lleva, ha dictado ya más de 3.000 resoluciones. Luego, deben enfrentarse a la falta de intérpretes, peritos, y de medios técnicos y humanos. Hay juzgados donde los fallos del sistema informático son diarios y otros funcionan sin fax durante semanas o meses. ¿SE LLEVAN TRABAJO A CASA?
LOS JUECES CUANDO se van de vacaciones, son sustituidos por colegas de otros juzgados, que no entran en el fondo de los asuntos que ellos están llevando. Es decir, a la vuelta de vacaciones, deben afrontar el trabajo acumulado. Deben pronunciarse sobre cuestiones complejas, siempre apurados de tiempo, por ello, muchos prefieren llevarse el trabajo a casa, donde con más sosiego, redactan sentencias, con todo lo que ello representa para su vida familiar. Dedican poco tiempo a ese aspecto y muchos lo notan. Tampoco ocultan la necesidad de «racionalizar» el sistema de oposiciones. «Decididamente hace falta -señala un magistrado- que se habilite la realización de pruebas psicotécnicas objetivas para detectar si concurren en algunos aspirantes causas que los incapaciten para el acceso a la función judicial».