TW
0

La presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol, asumió ayer en Turín la presidencia de Arc Llatí, una asociación que agrupa setenta entidades supramunicipales entre diputaciones, consells insulars, departamentos y provincias de España, Italia y Francia. Armengol será presidenta de Arc Llatí durante dos años. La presidenta del Consell sustituye en el cargo a Antonio Saitta, presidente de la provincia de Turín.

En su primer discurso como presidenta, Armengol se refirió a la crisis económica y dijo que los responsables «tienen nombres y apellidos». «Es una crisis provocada por un fracaso de la gestión política que ha cedido terreno de poder a las grandes corporaciones económicas», opinó Armengol. La presidenta del Consell considera que para dar un vuelco a la situación económica «se impone una nueva correlación de fuerzas en que el poder politico debe recuperar el papel que le corresponde».

Armengol planteó la necesidad de que las entidades locales deben participar en la búsqueda de soluciones ante la crisis. «Hemos de aportar nuestro granito de arena», pidió la presidenta del Consell. En su discurso, Armengol señaló que las líneas de actuación que pueden adoptar las entidades locales deben garantizar «la calidad de vida de las personas». «Conseguir el bienestar no se limita a la política de ámbito social. Implica políticas de sostenibilidad ambiental, de ordenación del territorio, culturales y educativas», propuso. La presidenta del Consell reivindicó que Arc Llatí siga siendo «el interlocutor preferente en políticas locales» ante la Unión Europea. «Todos aquellos servicios que se puedan ofrecer desde la administración más próxima a los ciudadanos, no la debería ofrecer ninguna otra administración superior». En este sentido, Armengol propuso que se haga un estudio comparativo sobre las competencias de los integrantes de Arc Llati, de los recursos que disponen y de las funciones sociales que realizan. Además, Armengol pidió que se combatan las opiniones que ponen en entredicho «el papel de nuestras instituciones».

Armengol agradeció la sensibilidad con la cual Arc Llati ha tratado siempre el hecho insular. «La insularidad es un hecho que desgraciadamente no siempre se entiende ni se tiene en consideración en las políticas europeas. Sabemos de la complejidad y las diferentes realidades de cada isla, pero conocemos los problemas comunes en los cuales nos enfrentamos cada día», sugirió.

Por último, Armengol propuso que debería propiciarse un debate político en cada una de las instituciones sobre lo que hace y debe hacer Art Llatí, además de dar a conocer este organismo en el conjunto de la sociedad civil.