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El, por entonces, capitán general de Balears, Manuel de la Torre Pascual, dormía plácidamente en el momento en que Tejero asaltó el Congreso, sobre las 18'30 de aquel 23-F de 1981. Al menos eso fue lo que le contó al gobernador civil de las Islas, Jacinto Ballesté, ya fallecido. Ballesté nunca se creyó del todo que el capitán general estuviera durmiendo. De hecho, todas las personas consultadas por este diario dan por hecho que sabía más de lo que luego contó. Todos dan por hecho que se habría situado del lado de los golpistas.

Jeroni Albertí presidía aquel 23-F el Consell General Interinsular, el ente preautonómico. «Cuando le llamé, le pregunté cómo estaban por ahí y me respondió que tranquilos, pero tensos. Eso de 'tranquilos pero tensos' se me quedó grabado. Y, además, añadió que al más mínimo altercado sacaba las tropas», recuerda.

Y eso que, a esas alturas, el capitán general ya sabía, por otro mallorquín que jugó un papel relevante aquella tarde, que la estrategia a seguir era muy otra. El mallorquín que tuvo un destacado papel aquella noche fue Fernando Piña, subsecretario de Aviación Civil y, por tanto, uno de los 'ministros' del gobierno provisional de subsecretarios que formó Francisco Laína.

Fue Laína quien dio con el teléfono del periodista Joan Pla, también mallorquín y el único balear que habló con Tejero. Se lo facilitó un 'fontanero' del equipo de Moncloa que controlaba Josep Melià y al que se habían incorporado dos jóvenes: Francesc Quetglas y Bartolome Beltrán. Uno de los tres le facilitó el número. Para entonces, los móviles aún no existían. Pla escribió un libro, hoy descatalogado, en el que da una lista de nombres de personas (alguna de las Islas) que estarían al tanto de la trama civil del golpe.

Carlos de Meer no tuvo una participación directa aquella noche pero sí poco después. Había sido gobernador civil años atrás, concretamente lo era cuando murió Franco. De Meer fue abogado de uno de los militares que se sumaron al golpe, el capitán Dusmet. Dusmet no era mallorquín. Sí lo era otro de los militares procesados y condenados: Pedro Mas Oliver. Mas Oliver era el ayudante militar del general Milans del Bosch, capitán general de Valencia, muy amigo de De la Torre. Milans sacó los tanques en Valencia. Otro mallorquín, Antonio Pascual Galmés, vivió el golpe en primera línea. Era capitán general de Cataluña. Fiel al poder constitucional, relevaría a Milans en Valencia. Félix Pons, Francesc Triay (que le dejó su chaqueta a Felipe González), Miquel Durán, Francesc Garí y Santiago Rodríguez Miranda eran los balears que estaban en el Congreso cuando Tejero gritó «todos al suelo».