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GERMÀ VENTAYOL
Un 58 por ciento de los palmesanos considera que en los últimos años ha empeorado la calidad de vida en su ciudad. Este es uno de los principales datos que revela la encuesta realizada por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES) en exclusiva para Ultima Hora sobre los principales problemas que detectan los ciudadanos y que son competencia directa del Ajuntament.

Cabe indicar que la opinión más negativa sobre la evolución de Palma se percibe entre el segmento de más edad (mayores de 66 años), con el 71 por ciento. Todas las áreas territoriales de Palma perciben una pérdida en la calidad de vida de la ciudad siendo la zona de Eixample-Nord (Escorxador, Camp Rodó, General Riera, plaza de Toros y Son Castelló) la que encabeza esta valoración negativa, con un 66 por ciento. Ponent (Son Armadams, Bonanova, Génova, Cala Major, Sant Agustí) y Llevant (Aragón, Son Gotleu, Soledad, Molinar) y las áreas periféricas (Sant Jordi, Establiments, Son Sardina, Son Ferriol, Casablanca, ...) se sitúan en torno al 60 por ciento. Llama la atención que la valoración más optimista corresponde al Centro (casco histórico y Santa Catalina), donde la pérdida de calidad de vida sólo la percibe un 44 por ciento de sus habitantes.

Tráfico y limpieza
Respecto a la evolución de los servicios municipales, los palmesanos tienen claro que el tema del tráfico (aparcamientos, circulación y contaminación sonora) está empeorando en la ciudad, al igual que los temas relacionados con la seguridad. La encuesta del IBES pone de manifiesto que el nivel de ruido que se registra en la ciudad resulta molesto para los habitantes de Palma, toda vez que encabeza los registros negativos a pesar de realizarse la encuesta en invierno, cuando cabe suponer que las ventanas están cerradas y no se registra tanto bullicio por las calles.

En el otro extremo, aquellos servicios municipales que están mejorando, figuran la limpieza, el cuidado de parques y jardines y, curiosamente, las fiestas populares.

Todos los problemas relacionados con el tráfico son comunes a la práctica totalidad de los distritos de Palma, aunque también llama la atención el notable avance que ha registrado la sensación de inseguridad en la ciudad.

En lógica correspondencia, que se aumente la presencia policial en la calle es la primera demanda de los palmesanos al Ajuntament, seguida de un mayor esfuerzo en la reparación y mantenimiento de las calles.

La regulación del tráfico y el compromiso de una limpieza diaria de las calles es otra de las sugerencias que se trasladan como prioritarias al equipo de gobierno municipal.

En cuanto a la distribución territorial, la zona del Eixample-Nord vuelve a acumular los índices más negativos respecto a la gestión municipal. Ruido, tráfico y falta de aparcamiento se acumulan en este distrito, mientras que en Ponent la principal queja es el ruido y la falta de aparcamientos.

En el centro de Palma, la seguridad y la circulación son los aspectos que los residentes consideran que se están deteriorando de una manera notable, aunque sí se valora de manera positiva el mayor grado de liempieza por parte de las brigadas de EMAYA, el mantenimiento de las calles y el cuidado de las zonas verdes.

En las zonas periféricas del término municipal de Palma, sus habitantes se muestran especialmente quejosos por la falta de mantenimiento de las infraestructuras públicas.

Calvo y Cirer
La encuesta de IBES para Ultima Hora también se ha interesado por confrontar la percepción de la alcaldesa actual, la socialista Aina Calvo, con su predecesora en el cargo, la conservadora Catalina Cirer.

En este sentido cabe indicar que los palmesanos recuerdan en mayor medida la gestión de la anterior alcaldesa, 74'2 por ciento, frente al 61'6 por ciento que se manifiesta en favor de la actual Aina Calvo, incluso ésta todavía está por detrás de su homóloga del PP en la pasada legislatura en una evolución divergente a medida que se amplían los tramos de edad.

La gestión de Cirer es muy conocida por los segmentos de mayor edad del electorado y, por supuesto, entre los votantes del PP, con un 85 por ciento. Sorprende que Calvo sólo tiene el apoyo explícito de los votantes del PSOE en un 73 por ciento.

Ambas políticas son más conocidas en el centro de Palma, un índice que se reduce a medida que la residencia del encuestado se distancia de la plaza de Cort.

En cuanto al apoyo a la gestión, Cirer todavía mantiene una ligera ventaja sobre Calvo, un 47'8% sobre el 43'2%, respectivamente, a pesar de que la socialista ya lleva dos años en el cargo.

Cabe indicar que la gestión de Calvo es rechazada claramente por el electorado del PP, entre el que no logra penetrar. Además, su acceso a la alcaldía es consecuencia de un pacto político a diversas bandas, mientras que Catalina Cirer lo hizo con mayoría absoluta del Partido Popular.

Sobre este aspecto cabe indicar el 'perfil bajo' que mantiene Calvo al frente de la alcaldía palmesana. Esta circunstancia hace que la edil socialista pierda notoriedad frente a otros concejales que son responsables de importantes áreas de la gestión municipal y pertenecientes a otras formaciones políticas.

Además, se da la circunstancia de que los colectivos de personas más mayores, a partir de los 46 años mantienen un apoyo creciente a Cirer, mientras que Calvo cuenta con más apoyos entre la gente joven.

Respecto a la distribución de los apoyos a la gestión por filiación política, Catalina Cirer mantiene un notable éxito entre los votantes del Partido Popular, un 75 por ciento, mientras que los votantes del PSOE sólo se decantan en un 63 por ciento por su alcaldesa.

También resulta significativa la distribución territorial de los apoyos a la gestión de la anterior alcaldesa, Catalina cirer, y la actual, Aina Calvo.
Cirer obtiene un importante apoyo en toda la zona de Llevant, con un 63 por ciento y registra un más que discreto 39 por ciento en las áreas periféricas del término municipal.

Por el contrario, Aina Calvo tiene en el Ponent de Palma el porcentaje más elevado de apoyos, el 52 por ciento. En la zona de Llevant la alcaldesa socialista sólo alcanza a tener un 32 por ciento de apoyo a su gestión desde el Ajuntament.

Todo ello pone de manifiesto el diferente valor que se da por parte de los ciudadanos a la impronta de una gestión.