La brillante técnica de los niños y niñas en el I Open infantil 'Sa Nostra' aportó la nota de prodigios del baile en la pista del Toni Pizà.

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Coordinación de movimientos, ritmo acompasado, agilidad y equilibrio son algunas de las condiciones que requiere el baile deportivo, una disciplina que ayer congregó a 130 parejas y más de 500 espectadores en el polideportivo Toni Pizà, con motivo del II Trofeu Ciutat de Palma.

Una cita con creciente participación en una modalidad que sólo se baila en pareja en dos modalidades, estandard y latino. Para ello y según nos comentó Gabriel Riera, como presidente de la junta gestora de baile deportivo, es necesario aprender a combinar unos determinados pasos, denominados figuras, que se combinan en un determinado programa con la música. Lo que supone una coordinación mental y física que se requiere practicar a cualquier edad.

El trofeo, estructurado en nueve categorías de Juvenil, Juniors, Youth, Adults y Seniors, con seis niveles de formación, aportó toda la belleza y elegancia que exhibieron cada una de las parejas participantes a los acordes del tango europeo, el vals inglés, el fox trot, el vals vienés y el quickstep, en la modalidad estandard, y de la samba, el cha cha cha, la rumba, el pasodoble y el jive, en la de latino.

Junto al II Trofeu Ciutat de Palma de Ball Esportiu se celebró el I Open Infantil 'Sa Nostra', destinado a los más pequeños, de entre 3 a 7 años y que, según la organización a cargo de Barceló Escola de Ball, son la simiente del baile deportivo.

Al no estar sujeta a reglamento de vestuario, los niños y niñas lucieron todo tipo de indumentaria, con frecuencia ropa de fiesta que hizo de la competición un auténtico espectáculo.

Gabriel Alomar

Foto: Joan Lladó/G.A.