¿Error u operación abortada?

Un error -el nombramiento de Cañellas- que se mantuvo durante todo el martes. Ese día, el único que habló fue Mateu Cañellas, quien mostraba su disposición a renunciar como conseller si se lo pedía el partido. En realidad, Cañellas no veía con buenos ojos su salida del Govern y creía que, después de las europeas, se convertiría en el gerente de UM preparando la campaña a Nadal. Desde en entorno de la cúpula de UM se filtró la propuesta que se publicó en todos los diarios.

Es decir, que Nadal asumiría la cartera de Esports durante poco más de un mes y que Cañellas volvería al Govern pasado ese tiempo. Antich se negó. Aceptaba un cambio en Esports, pero no la fórmula que se planteaba desde UM.

En ese lapsus de tiempo, los rumores se dispararon en UM. Miquel Ferrer aparecía como posible conseller d'Esports para reforzarle internamente. El otro candidato par a sustituir a Cañellas era Guillem Ginard, el batallador alcalde de Campos. Durante las 48 horas que pasaron desde la primera ejecutiva hasta la segunda que rectificó la elección de Cañellas, el malestar creció en UM. Militantes del partido se ponían en contacto con dirigentes de la cúpula para mostrar su estupor ante lo que estaba pasando.

En la ejecutiva, Nadal apenas habló. Dijo que se había cometido un error y que la ejecutiva tenía que rectificar. Miquel Ferrer llevó todo el peso de la ejecutiva mientras el más crítico con la dirección nacionalista fue el propio Joan Carles Verd, el sustituto de Cañellas. Y mientras, el conseller d'Esports respiraba tranquilo. Su aventura europea había terminado.