El catedrático de Geografía Humana de la UIB, Pere Salvà, explica que «la recesión del sector de la construcción y la inseguridad del desarrollo de la temporada turística implican una disminución en la llegada de inmigrantes». En este sentido, apunta que el flujo migratorio hacia las Islas ha dejado de ser principalmente por motivos laborales y tiene un mayor componente residencial (especialmente de alemanes) y de reagrupación familiar.
Economía sumergida
Salvà también señala que los inmigrantes son uno de los colectivos más afectados por la difícil situación económica y sostiene que muchos de los que llegan trabajan para la economía sumergida, que suele incrementarse en tiempos de crisis. Además, advierte que pueden crearse «tensiones sociales» entre la penúltima y la última oleada de inmigrantes, ya que competirán por los mismos puestos de trabajo. Sin embargo, descarta que los inmigrantes entren en conflicto con los residentes, «a no ser que la crisis sea mucho más profunda».
El catedrático de Geografía Humana de la UIB asegura que la inmigración continúa siendo necesaria en Balears, aunque puntualiza que «en un periodo de crisis como la actual sobrarán». En su opinión, el flujo de migración neta exterior anual de las Islas debe oscilar entre las 15.000 y 20.000 personas. De este modo, se pone de manifiesto que el 'boom de la construcción' de los últimos años ha provocado un efecto llamada desmesurado para las Islas.
A nivel nacional la situación es muy parecida, ya que el flujo migratorio neto exterior descendió el pasado año en todas las comunidades autónomas, en relación al año anterior. En concreto, el flujo de migración neta exterior en 2007 fue de 716.257 personas, mientras que en 2008 la cifra se redujo hasta los 443.930 fueron extranjeros, lo que supone un descenso del 38,03 por ciento.
Por comunidades, el descenso en la llegada de inmigrantes más significativo se ha producido en el País Vasco, ya que de tener un flujo de migración neta exterior de 17.209 personas en 2007, en el año 2008 pasó a 962, es decir, un 94,41 por ciento menos.
El descenso también ha sido significativo en Cataluña (-71,24 por ciento), Extremadura (-40,13 por ciento) y La Rioja (38,34 por ciento). Balears es la quinta comunidad en la que más ha disminuido el flujo de migración neta en 2008, exactamente de un 37,51 por ciento (ver gráfico).
A pesar del descenso siguen llegando inmigrantes a todas las regiones, excepto a Melilla donde el flujo de migración neta exterior anual fue negativo en 2008. Exactamente, la citada ciudad autónoma perdió el pasado año 108 extranjeros en relación a 2007. Llama la atención que 105 de los extranjeros que dejaron de residir en Melilla fueron mujeres, es decir, el 97,22 por ciento.
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