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Ver en Manchester al conseller de Turisme, Miquel Nadal, y al presidente del Govern, Francesc Antich, tras todo lo sucedido en las últimas semanas a nivel político, ofreció una imagen de «seny» entre partidos y a un president Antich tranquilo, pero harto de tanto juego entre bambalinas en UM, PP, PSIB y el Bloc. Aquí, no se salva nadie, de ahí que el programa «Manchester descubre a Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera» se convirtió como en una especie de spa. A miles de kilómetros de Palma, Miquel Nadal y Francesc Antich dejaron sentadas muchas cosas. La principal, si cabe fundamental, que el rifi-rafe cotidiano político no tiene ni va a salpicar a la evolución turística y económica de las Islas. Antich pide calma a todos los partidos con representación parlamentaria y que se despejen las incógnitas que hasta la fecha han creado distorsiones, enfrentamientos y pugnas internas en los partidos políticos. Hay mucho en juego como para que por intereses particulares se vean perjudicados los intereses generales. Patronales, sindicatos y empresarios, por diferentes vías, han mostrado su hartazgo por tanto descalabro político. No son momentos para andar en disputas palaciegas, sino actuar con criterio, de ahí el mensaje de Antich desde Manchester, al exigir unidad y un Govern sin fisuras para afrontar la crisis. Se avecinan meses muy complejos, con dificultades económicas y laborales, y el Govern tiene que demostrar con hechos que se ha elegido la línea correcta para afrontar una crisis económica, que repercute en la turística, cuyo final todavía no vislumbra nadie, aunque todos los expertos coinciden en poner una fecha: 2010. Este año, visto lo visto, será el más duro de todos los vividos.