Ayer por la mañana quedó más que claro que en esto de la doma cada vez hay más amazonas.

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a Feria de Abril de Palma siguió ayer su curso en jornada de mañana, tras la resaca del sábado, con las casetas en las que no cabía ni un alfiler. De ahí que ayer, hasta primeras horas de la tarde, no abrieron sus puertas, lo cual tenía bastante decepcionado a Pepe Martín, presidente de la Casa de Andalucía, alma mater de la Feria. «Entiendo que las casetas, y más en domingo, cuando encima hay una exhibición ecuestre, deberían estar abiertas todas, pues aquí hay mucha gente que, una vez que termine el espectáculo que estamos viendo, querrán tomarse algo», comentaba.

No le faltaba la razón a Martín, aunque, como decimos, las casetas fueron abriéndose poco a poco, quedando abiertas casi todas a primeras horas de la tarde.

Por lo demás, se cumplió el programa previsto, que no era otro, al menos en lo que correspondía a la mañana, que un espectáculo ecuestre a cargo del Centro Ecuestre Norte d'Ínca, que preside Jaume Rosselló, que fue el maestro de ceremonias de dicha exhibición, en la que su hijo, también Jaime Rosselló, rejoneador y domador de caballos, fue la estrella, dicho sea sin desmerecer en absoluto al resto de participantes, como Paco Zureda y su hijo, Carlos, un jovencísimo jinete con muy buenos modos, y las amazonas Adriana Fregapane, Yolanda Mateu y Cassie Marie, quienes corroboraron que cada vez hay más mujeres en la doma caballar.

Dentro del espectáculo, que se prolongó por espacio de una hora, pudieron verse ejercicios de doma clásica, doma vaquera, alta escuela y doma libre. Llamó la atención ver como el jovencísimo Carlos Zureda, cual rejoneador, tentaba con sus gestos al imaginario toro a fin de arrancarle, o lo bien que domina a sus caballos el rejoneador Jaime Rosselló -no en balde es su domador-; en su actuación nos quedamos con el ejercicio de la garrocha, o acoso y derribo a la res a fin de marcarla, o los ejercicios que ordenan al caballo durante su última salida, cuando les hace caminar sobre sus patas traseras, o cuando les ordena arrodillarse y tumbarse, sin el bajarse de su grupa.

El espectáculo de doma fue seguido por un numeroso grupo de aficionados, entre el que no vimos mucho traje corto, pero sí bastantes faralaes.

Pedro Prieto

Fotos: Teresa Ayuga