El día soleado y una excelente temperatura, casi veraniega, acompañaron la IX Fira del Caragol en el núcleo palmesano de Sant Jordi, que recibió la visita de miles de personas y gozó de una buena organización.
Esta feria, ya consolidada, aportó una gran variedad de estands, destacando los de carácter más artesano en el mismo centro, entre los que se encontraban el de licor de hierbas mallorquinas de María Bauzá; los de gentes particulares con dulces y pastissos típicos, y el de Ramaders Agrupats de Felanitx, que debutaba en la feria con sus exquisitos productos del cerdo.
En el cuadrilátero de la plaza de Sant Jordi se instalaron los puestos de venta de caracoles y fideuá amb caragols elaborados según recetas tradicionales por dos colles caragoleras de Sant Jordi, dos restaurantes y tres particulares. Todos ellos contaban con terrinas para llevárselos a casa, que también sirvieron para poderlos comer en las mesas dispuestas en la plaza.
A mediodía se inauguró de forma oficial la feria, encargándose de cortar la cinta la primer teniente de alcalde del Ajuntament de Palma, Cristina Cerdó, acompañada por la consellera insular de Cultura, Joana Lluisa Mascaró, y la regidora de Cultura del Ajuntament de Palma, Nanda Ramón, entre otras autoridades. Luego pasaron a cortar la enorme ensaimada elaborada por Mateu Coll, del Forn d'en Coll, de 55 kilos de peso y 1'82 cm. de diámetro, que pudo ser degustada por los viandantes.
En el octavo concurso de recetas y platos con caracoles celebrado la pasada noche del sábado se alzó vencedora del Premio Bover, el mejor de la convocatoria, Margalida Munar, que regenta el estanco del pueblo con el plato Bacallá amb caragols amb salsa de Tramuntana. El premio de innovación fue para Antonia Vives y el de tradición para Joan Pou.
Amalia Estabén
Foto: A.Estaben/S.A.
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