Pasión por el rojo

A mediodía apareció sobe la gran terraza del complejo turístico la bellísima Jolen Slaterb y dos de sus compañeras, no menos bellas que ella. Las tres lucían hermosas galas y espectaculares tocados, con plumas, sobre sus cabezas. Naturalmente, el color rojo y blanco, así como la pedrería aparecían en todas partes recubriendo sus hermosos cuerpos.

Jolen, que tomó asiento en unos e los sofás con vistas al mar, nos dijo que era australiana. Como Nicole Kidman, que en cierto modo, también ha hecho mucho por el Moulin Rouge. «Ella hizo una ficción a través de una historia que luego ha beneficiado al Moulin Rouge, pero que nada tiene que ver con lo que hacemos nosotras».

-¿Cómo llegó usted al Ballet del Moulin Rouge?

-En 2001 me presenté al cásting. Me estuvieron examinando durante cinco horas. Una vez finalizadas las pruebas a las que me sometieron, no me dieron a conocer ningún resultado. Pero a los seis meses me llamaron. Durante el primer año fui bailarina de can can vestido; al año siguiente me pasaron a can can top less. Y con el tiempo pasé a ser primera bailarina, donde me mantengo.

-¿Que es lo difícil, suponemos?

-Lo es, claro. Porque cuando estás arriba has de saber mantenerte. Y si encima tienes compañeras jóvenes que vienen haciéndolo muy bien, más todavía.

-¿Qué requisitos se exigen para ser bailarina del Moulin Rouge?

-A las chicas, medir, como mínimo, 1'72 de altura. Y a los chicos, 1'85. Una vez que superas las pruebas y te aceptan, recibes un aprendizaje muy intenso durante cuatro meses.

-¿Hay alguna bailarina española en el ballet?

-Que recuerde, no. Hay alguna cubana, y una creo que es de ascendencia española.