Los usuarios del tren y metro vivieron ayer la segunda jornada de huelga de los trabajadores de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM). Un paro sin incidentes y bastante más ruidoso que el del miércoles pasado. En esta ocasión, los trabajadores quisieron demostrar en la estación intermodal de Palma la falta de seguridad en los trenes.
En principio, pretendían realizar un simulacro de accidente, acción que fue impedida por las fuerzas de seguridad desplazadas a la estación. Finalmente, consiguieron autorización de la empresa para entrar en un tren. Allí, se pudo comprobar que, en caso de emergencia y de que fallara la corriente eléctrica, las puertas no se podrían abrir al momento. Con una llave que sólo dispone el maquinista se tendría que abrir una por una.
«No hay desbloqueo de todas las puertas», dijeron. Igualmente, martillos para romper los cristales y extintores sólo hay en la cabina del maquinista. Los trabajadores afirmaron desconocer los planes de emergencia que existen en la actualidad.
El paro de dos horas de ayer afectó a unos 1.500 usuarios, que ya estaban más informados de la huelga. Los servicios mínimos funcionaron bien y los retrasos registrados fueron mínimos. El seguimiento de la huelga fue del 60 por ciento según los trabajadores, aunque SFM cifró los operarios que siguieron el paro en 35.
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