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«Si me traslado a vivir a Barcelona, como la empresa pretende, tendré que seguir pagando la hipoteca de mi casa, porque como está el mercado es muy difícil vender; pagar un alquiler en Barcelona, mi marido tendría que dejar su trabajo, buscar colegio para mis dos hijos y prescindir de la ayuda de mis padres». Ante esta situación, que es común a la mayoría de los trabajadores de Spanair que se ven afectados por las traslados a la Ciudad Condal, una de las empleadas de la aerolínea asegura que «me sale más rentable irme al paro que a vivir a Barcelona». No obstante, confiesa indignada que le da rabia tener que dejar su puesto de trabajo «por un capricho de la empresa. Es una frustración total, un engaño; he invertido tanto tiempo en este trabajo». Como ejemplo recuerda que cuando se produjo el accidente de avión en Barajas «a las tres horas iba para Madrid. Había gente que estaba de vacaciones y nadie dudó en irse a ayudar. Esta gente no ha vivido todo lo que nosotros», recrimina, en relación a los nuevos propietarios de Spanair.

Llegados a este punto asegura que está dispuesta a hacer huelga, «lo tenemos todo perdido y haremos todo lo posible», concluye.
«Me es totalmente imposible trasladarme a Barcelona, tanto por dinero, como por la organización de mi pequeña familia», explica otra de las trabajadoras de Spanair. Su situación es extremadamente complicada, ya que es viuda, madre de un niño de diez años y cobra 950 euros al mes con pluses incluidos. Además, paga 800 euros de hipoteca de una vivienda de protección oficial, que no puede vender porque la normativa lo prohíbe. «Esta situación me quita el sueño; tengo mucha ansiedad, me dan ataques de angustia, de miedo. El médico me ha querido dar de baja, pero no la he aceptado porque entonces ganaría menos dinero; mi sueldo base es de 550 euros», explica. En su opinión, el trato que está recibiendo por parte de la empresa «es humillante».

Reproches
«El señor Soriano ni ha venido a Palma a presentarse y eso demuestra que jamás ha contado con nosotros», reprocha otra de las empleadas de Spanair. Además, le recrimina al presidente de la compañía que haya manifestado que los trabajadores de Palma no quieren trasladarse a Barcelona porque aquí se vive muy bien. «No es que aquí se viva muy bien, sino que tenemos nuestra vida aquí». En este sentido, argumenta que su pareja trabaja aquí y no puede pedirle que deje su empleo para irse a Barcelona; además, tienen una casa aquí. «Con 1.000 euros no se puede pagar una hipoteca, un alquiler y vivir», sentencia.

Las trabajadores de Spanair que han narrado sus testimonios a Ultima Hora sostienen que llevan casi tres años sufriendo un auténtico calvario. «Primero fue la venta, luego el accidente, el ERE y cuando parecía que todo se calmaba los trasladas, que no son otra cosa que un ERE encubierto», aseguran. Además, se muestran indignadas porque consideran que el Govern balear «no ha hecho nada para evitar llegar a esta situación.