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Sólo unos minutos antes de que la presidenta del Consell, Francina Armengol, suspendiera el pleno tras conocerse el atentado de Palmanova en que murieron dos guardia civiles, el portavoz del grupo Popular en la institución, Jaume Font, recibía la documentación sobre diferentes contratos y facturas del Teatre Principal que venía reclamando, sin éxito, desde hace meses.

Ayer, tal como anticipaba este diario, el Partido Popular había decidido convertir la situación del teatro y de su dirección en uno de los ejes de su estrategia política. El pleno se detuvo de forma abrupta cuando Jaume Font finalizaba su segunda intervención y antes de escuchar la réplica de la responsable de Cultura del Consell, la vicepresidenta Joana Lluïsa Mascaró.

Antes de Font, había caldeado el ambiente otro conseller insular del PP, Bartomeu Martínez, quien había dicho a Mascaró que seguiría acudiendo a revisar las facturas y los contratos del Principal y que «haremos política de microscopio con este asunto». Y añadió: «no pararemos hasta 2011».

Las críticas de Font y Martínez fueron definidas por Mascaró como «un intento de buscar protagonismo con un asunto que no va más allá».
Los 'populares' acusan a Mascaró de actuar con favoritismo y de contratar a personas afines, además de criticar al director del teatro, Joan Arrom.
El momento de mayor tensión política del pleno no vino por este asunto, sin embargo, sino por un la declaración como Bien de Interés Cultural con categoría de «conjunto histórico» del llogaret de Jornets (Sencellas).