Palmanova vivía ayer un típico día de verano hasta las 13'35 horas aproximadamente en que una explosión interrumpió de golpe la rutina del núcleo turístico. A esa hora, los turistas salían o entraban de sus hoteles, y en el centro municipal de servicios de Palmanova, donde tuvo lugar el terrible atentado, la actividad estaba en plena ebullición. La Guardia Civil está allí en un local cedido provisionalmente por el Ajuntament hasta que se construya el cuartel en Son Bugadelles, y en dependencias anexas se encuentra un centro de salud, Correos y el Institut de Formació i Ocupació de Calvià (IFOC). Francisca Sastre, pediatra, auscultaba a un niño cuando ocurrió el atentado. «He visto la explosión delante de mi consulta. Estaba con el fonendo y aún lo he sentido mucho más. He salido a retirar mi coche y en él he visto restos humanos. He sentido náuseas», contaba Francisca muy afectada. «Ha sido muy impactante y muy desagradable».
«A esa hora, había mucha gente en el centro de salud», añadía Mari Carmen Sedano. «Todos hemos salido corriendo a socorrer y hemos podido ver que había un muerto. Y sí, nos hemos asustado mucho».
Turistas
Juan Manuel Sogord, director administrador del hotel Aquasol, explicaba que había oído una fuerte explosión y visto mucho humo. El hotel alberga a unos 350 turistas británicos fundamentalmente. «Miedo no han tenido, la gente sigue en la piscina, tomando el sol. Hay tranquilidad y, de momento, nadie ha manifestado su deseo de marcharse».
Nerviosos estaban, aunque no cancelarán sus vacaciones Charol Davis y Graig Scott, que hace dos días llegaron sus vacaciones de Glasgow.
En Correos, en ese momento, trabajaban 10 personas. «Ha sido una explosión tremenda. Hemos salido y en la rampa estaba la puerta del coche que ha explosionado. Esta gente no para. En la Isla parecía que podíamos estar tranquilos y no es así», afirmó indignada Juana García.
«Hemos sentido mucho miedo», aseguraba su compañera de trabajo Rosa Guzman. «El estallido ha sido impresionante. Alguna vez sí que había pensado que algo podía ocurrir teniendo la Guardia Civil al lado, pero nunca piensas que te puede ocurrir a ti», dijo y concluyó: «Parece que estamos protegidos, pero no».
Pérdidas
Palmanova que ya no estaba pasando una buena temporada turística, vivió ayer un más aciago todavía. Por la tarde, apenas había gente ni en las calles ni en la playa ni tampoco en las cafeterías o restaurantes de la zona. En muchos hoteles aconsejaban no salir y los turistas se quedaron en la piscina. «Nosotros tendremos pérdidas materiales, pero lo más grave son dos jóvenes muertos. Daría lo que pueda ganar hoy o en todo el verano porque estuvieran vivos. Son muertes inútiles», indicaba un trabajador de la tienda de souvenirs Tundra.
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