Las audiencias concedidas ayer por el Rey en el Palau de l'Almudaina a algunas de las primeras autoridades de Balears, entre ellas a la presidenta del Parlament, Maria Antònia Munar, ha confirmado, una vez más, el interés don Juan Carlos por la realidad social y económica de las Islas en un gesto que demuestra la permeabilidad del Monarca respecto a los problemas que acucian a la sociedad. En concreto, como no podría ser de otro modo, este año la crisis económica ha sido el tema central de las audiencias, la evolución de la temporada turística y su efecto sobre el mercado laboral cuando ésta finalice.
Don Juan Carlos no ha ocultado su preocupación por el previsible disparo de las tasas de desempleo en Balears a partir del próximo mes de octubre, cuando cierren la mayoría de los hoteles y la oferta complementaria, y sus consecuencias sociales. A pesar de los indicios de recuperación económica en algunos países europeos, lo cierto es que la recesión en España es un episodio que no está próximo a finalizar y de esta situación Balears no se escapa; aunque en términos globales tenga una posición más favorable en relación con otras comunidades autónomas.
El Rey, junto con el resto de la Familia Real, ha redoblado este verano sus esfuerzos por minimizar los efectos negativos que sobre el turismo podría haber tenido el atentado de ETA de finales de julio, gesto que le han agradecido la alcaldesa de Palma, Aina Calvo; la presidenta del Consell mallorquín, Francina Armengol; y la presidenta del Parlament balear, Maria Antònia Munar. No podía ser de otro modo, las tres dirigentes han transmitido al Monarca el sentir general de los ciudadanos de las Islas.
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