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Muchos padres y madres de Palma optaron ayer por no utilizar el coche para llevar a los niños al colegio o por aparcarlo antes de adentrarse en las zonas más problemáticas por las obras y caminar unos minutos hasta el centro. Sólo de esta forma se pudo evitar que la vuelta a las aulas resultase caótica. No obstante, no faltaron las quejas, como las de aquellas familias que vieron como la Policia Local se dedicaba, de forma inflexible, al contrario que los años anteriores, a multar a las personas que paraban en un carril del Camí de Son Rapinya (zona de muchos colegios) para dejar a sus hijos. O como las de las personas que llevaron a sus hijos a los dos colegios de la Avinguda Picasso (San Cayetano y Sagrado Corazón) y que ya temen los embotellamientos que se van a producir cada día, al haber un carril menos de circulación por el carril bici, donde ayer se permitió parar, pues no esperan que sea lo normal durante todo el año.

Tranquilidad
Por lo demás, el curso escolar 2009-10 comenzó ayer con bastante tranquilidad. Un total de 156.610 alumnos de las Islas, -un 1'01 por ciento más que el pasado año-, regresaron a los 399 centros educativos, cinco de ellos nuevos, que amplían la oferta en 1.710 plazas.

Desde la Conselleria d´Educació se afirmó que el inicio de las clases se produjo con «absoluta normalidad y sin que se produjera ninguna incidencia destacada». De hecho, la consellera Bàrbara Galmés valoró este inicio de curso como «el más tranquilo de los últimos años» y dijo que «todos los centros abrieron sus puertas con las necesidades básicas cubiertas y con todos los docentes en su sitio». En el mismo sentido se pronunciaron los regidores de Infraestructures y de Seguretat Ciutadana del Ajuntament de Palma, Francisco Donate y Antonio Donaire, respectivamente, quienes agradecieron explícitamente la colaboración ciudadana.

Por otra parte, desde el Stei-i se informó de que «en el IES Guillem Sagrera falta un profesor de catalán». También se denunció que «hay problemas para cubrir algunas especialidades de FP y que a algunos centros les han reducido profesorado». Otra queja del sindicato es que las ratios en algunas aulas de Infantil son de 29 alumnos (frente a los 26 autorizados para los centros de Palma).

El presidente de FAPA-Mallorca, Jaume Ribas, reconoció que el de ayer fue un inicio de curso «bastante normal», y que tan sólo en ciertos centros «quedaban por rematar algunas obras». En cuanto al tráfico, indicó que «la policía no ha permitido que los coches se parasen más tiempo de la cuenta frente a los colegios, lo que ayudó a que no hubiera grandes problemas».

Al respecto, desde la patronal de los centros religiosos Escola Catòlica, se denunció que la policía «fue mucho menos flexible que otros años, quizá por la intención de evitar atascos a toda costa, y muchos padres se encontraron con una multa al volver al coche aparcado en el Camí de Son Rapinya», aseguró Marc González. También criticó que «en contra de lo que se hacía cada año, esta vez no se han pintado las marcas viales de este camino, como los pasos de peatones, lo que puede suponer un peligro».

Por último, desde la FAIB, su presidente, Jordi Llabrés, reconoció que «los padres estamos 'de los nervios', porque ha sido un inicio de curso catastrófico, por falta de planificación». En concreto, la Federación lamentó «la saturación de las aulas, con hasta 31 o 32 alumnos en clases de ESO donde debería haber 25; alumnos pendientes de escolarización o la reducción progresiva de profesores de apoyo».