Armengol conversó ayer con este diario antes de hacerlo con el 'corrillo' de medios de comunicación en el que lanzó la frase que UM utilizó como excusa: «si no están a gusto, que se vayan».
Armengol, que había confirmado diversas informaciones que este diario había ido recabando sobre el malestar con ciertas actuaciones de UM, dijo que «si UM rompe en el Consell, estará rompiendo todos los pactos».
El malestar venía de atrás. Armengol, apoyada por algunos dirigentes del Consell y del partido en Mallorca, el llamado 'sanedrín' municipalista, había ido anotando una serie de 'agravios' de Unió Mallorquina. Armengol habló al respecto con Antich, que es secretario general del PSIB. Le mostró su incomodidad con algunas actuaciones y, sobre todo, con el hecho de que desde UM se lanzara la idea de que era ella (Armengol) la que quería romper cuando era «un problema interno de UM» lo que estaba provocando la crisis. Cargos de UM le habían hecho saber su incomodidad por los controles que Presidencia ponía a los gastos de consellers 'uemitas'. «Si es que no podemos poner un anuncio si antes no ha pasado por veinte filtros», le dijo una consellera insular.
A Armengol le incomodó la rueda de prensa de UM el pasado sábado y que le acusaran, poco menos, de llevar a los cargos de UM a los tribunales. Todo se precipitó ayer ante el temor de UM de que Armengol hiciera caso al sector más 'duro' y destituyera a alguno cargos. Iba a mover ficha.
Armengol no respondió anoche a las llamadas de este diario.
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