Más de 500 delegados sindicales de la UGT y CCOO recorrieron ayer el centro de Palma, desde el Teatre Municipal hasta la sede de la Delegación del Gobierno, exigiendo un trabajo decente y una protección social básica, en la 'II Jornada Mundial por el Trabajo Decente'.
Previamente los delegados de los dos sindicatos mayoritarios de las Islas se habían reunido en asamblea, en el Teatre Municipal, con intervenciones de los secretarios generales de ambas formaciones, Lorenzo Bravo (UGT) y Katiana Vicens (CCOO) respectivamente.
Bravo lamentó la falta de derechos sindicales, democráticos y laborales en muchos países, y en el caso de España, criticó la existencia de una economía sumergida, un elevado número de personas que trabajan sin contrato, y la progresiva pérdida de derechos laborales.
«Hay que plantar cara a esta situación, tras años de bonanza económica y crecimiento desmesurado», dijo Bravo y Vicens pidió a los políticos que se dejen de «crisis políticas y se ocupen de la crisis real».
El delegado del Gobierno, Ramon Socias, recibió a los manifestantes y afirmó que es importante reclamar «un trabajo decente a nivel mundial» y añadió que, mientras que en Balears se han hecho «muchos pasos», en otros lugares del mundo los trabajadores «carecen de derechos laborales, persiste la explotación infantil, y crece la diferencia de salario entre hombres y mujeres».
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