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El presidente de la nueva asociación senegalesa mallorquina, ASEMA, Madio Diagne, habla perfectamente en catalán. Tiene estudios universitarios en su país, allí se licenció en Filología española y, en Mallorca, ha asistido a clases de catalán. La asociación que dirige cuenta con 375 afiliados. No todos son de Senegal, hay también mallorquines y de otras nacionalidades. El presidente acaba de presentar los nuevos cursos de formación para este otoño, que se impartirán en la sede de la asociación, en la calle Berga, nº 40 de s'Arenal. También acude a la asociación un abogado todas las semanas para atender los problemas que los asociados puedan tener. A la pregunta de si los senegaleses, ante la actual crisis, han regresado a su país, dijo que «algunas familias han regresado, pocas, pero los que trabajamos nos hemos quedado en espera de tiempos mejores». «Hay que tener en cuenta "añadió", que para nosotros la emigración no es individual, sino familiar, y si fracasamos en el proyecto emprendido, fracasa toda la familia. Se puede decir que nosotros somos esclavos de la familia, ya que la base de nuestra cultura es la familia y ésta, para los senegaleses, es muy tradicional y elástica, ya que, a la misma se suman todos los que nos aprecian». Sobre el carácter del senegalés añadió que «nuestra tradición es oral, no escrita, y el senegalés es muy comunicativo, le gusta estar con la gente y hablar, contar sus cosas y esto es lo que hacemos en Mallorca, no queremos estar encerrados con nuestras costumbres, sino abrirnos a la sociedad».