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Esquerra-Illes Balears (la marca de ERC en las Islas) escenificó ayer su estrategia de distanciamiento del resto de socios del Bloc que había anticipado este diario y su presidente, Joan Lladó, dijo que votaría 'no' al plan de carreteras y al plan territorial si «se traspasa la línea roja» de lo que es «asumible» para garantizar los acuerdos de gobernabilidad firmados en 2007 y que, a su entender, ahora parecen estar en entredicho.

Joan Lladó, que es conseller del ejecutivo insular que preside Francina Armengol, advirtió que, con independencia de lo que hagan PSM y Esquerra Unida (EU) votará en contra del Plan de Carreteras del Consell de Mallorca si no se eliminan cinco viales que son «insostenibles e innecesarios» y que, según citó, son la carretera Palma-Inca (tercer carril en el tramo Santa Maria-Inca); el tercer cinturón; la variante sur de Sineu; la autopista Llucmajor-Campos y la autovía de Manacor a Sant Llorenç.

El dirigente de Esquerra mantuvo que la misma postura que expresa en relación a las carreteras vale para el plan territorial y las áreas de reconversión.

Lladó también se dirigió al PSIB, partido que, dijo, «es progresista» y que no debería presionar al Bloc.
Mascaró responde
Joana Lluisa Mascaró, portavoz oficial del Bloc y dirigente del PSM, repondió a Lladó que «no es momento de ponerse nervioso ya que aún queda tiempo para negociar». Además dijo que algunas de las carreteras a las que se refiere Esquerra ya han quedado para la segunda fase.

Por otro lado Lladó se refirió a la fórmula de promesa de cargos. Dijo que «diga lo que diga el próximo reglamento del Consell, si tenemos que prometer lealtad al rey. añadiremos que es por imperativo legal. Ni Joan Font (PSM) ni Miquel Rosselló (EU) añadieron el jueves este latiguillo al prometer sus cargos.