Cabe indicar que una de las razones esgrimidas por Cort para rechazar los terrenos de Son Bordoy, tal y como pretendía la Conselleria de Comerç, fue, precisamente, que su uso previsto era para equipamiento comercial y no sociocultural «y por esta razón el Ajuntament no lo vio claro», argumentó la titular del departamento, Xesca Vives.
Segundo informe
Además de las razones de índole urbanística, la oposición del Ajuntament palmesano a la ocupación de Son Bordoy como futuro recinto ferial figuran argumentos de orden jurídico, los cuales se han plasmado en otro informe municipal que no se ha dado a conocer.
Distintas fuentes han señalado que la oferta de Son Bordoy a las administraciones públicas habría sido simultánea en los concursos del recinto ferial (Conselleria de Comerç) y de reserva estratégica de suelo (Conselleria d'Habitatge). Su oferta habría sido aceptada por Habitatge, circunstancia que supondría una cesión pública del 50 por ciento.
Este segundo informe habría detectado la duplicidad y advertido del error que supondría comprar unos terrenos que iban a ser de titularidad pública y que, además, tenían una calificación comercial.
Con todo, la elección del Lluís Sitjar se considera una solución anacrónica para ubicar el recinto ferial ya que, según indica un prestigioso urbanista, «las tendencias actuales es construir recinto multifuncionales para poder albergar todo tipo de eventos y no especializados en un solo uso».
Llama la atención que en el pliego de condiciones de la Conselleria para la valoración de las ofertas «la buena comunicación con las principales redes viarias de Palma y buene accesibilidad», principios que no parecen cumplirse en el Lluís Sitjar.
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