El Castell de Bellver, además de algún que otro fantasma que ronda entre sus muros, aún guarda secretos como el que estos días intentan desvelar los arqueólogos Llorenç Vila y Noemi Picó, quienes, mediante unas catas, buscan una conexión entre el castillo y las cuevas.
Magdalena Rosselló, conservadora del castillo, cuenta que todo comenzó cuando, durante las obras de electrificación, de las que se está rematando la cuarta fase, «para pasar el cableado, se tuvo que hacer un agujero en una pared de una sala que daba al patio y vimos que continuaba hacia abajo, y que hay una galería que comunica con otra que da la vuelta al patio». Tras la pertinente inspección de bomberos y policías, se toparon con un agujero por el que se veía parte de una escalera desde abajo. «Entonces decidimos investigar esa escalera desde arriba porque sabemos que hay una escalera, pero no sabemos a dónde va».
«Magdalena se puso en contacto con la dirección general de Patrimoni y nos pareció interesante hacer unos sondeos para investigar si este es el contacto entre el castillo y las cuevas», comentó Ferran Tarongí, director general de Patrimoni de Cort, quien apuntó que «esto forma parte de un proyecto más amplio para el que pediremos una subvención al Consell».
El pasado viernes, Vila y Picó se habían encontrado con lo que parecía que podría ser el peldaño de la citada escalera.
Por otra parte, hoy, a las 19.30, en la sala de plenos de Cort, se presenta el libro Les coves de Bellver, de Pere Galiana Veiret, en el que, además de considerar que las cuevas son del siglo XIV y que fueron en origen una cantera, también podrían haber servido como vía de escape en caso de asedio o como refugio.
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